miércoles, julio 13, 2005

Pragmatismo priista

(2005-07-13)
Publicada en el diario Rumbo de México

Ayer el PRI tomó decisiones tan serias, como sus posibilidades de volver a la presidencia de la República en 2006.
Esta perspectiva propició que en un ánimo de unidad, envés de medir fuerzas y tratar de aniquilar al adversario, tomaran la determinación de respetar los pactos iniciales de sus máximos personajes, según los cuales Elba Esther Gordillo quedaría en la presidencia del partido desde el momento de la renuncia de Roberto Madrazo, hasta después de las elecciones presidenciales.
Llevar el cambio de dirigencia al 5 de agosto no fue más que una muestra de respeto político, ante la solicitud de un plazo de tres semanas para que la secretaria general del PRI termine sus tratamientos contra el cáncer en San Diego, y se recupere.
Esta eventualidad favoreció la resolución para que Roberto Madrazo se mantenga al frente del partido durante las siguientes tres semanas, muy a pesar de que pueda realizar proselitismo, como lo hacen sus compañeros aspirantes.
El lapso permitirá, también, que los miembros del Consejo Político y en especial la comisión del Proceso Interno, aseguren una convocatoria lo más neutral posible y eviten, de este modo, que la competencia interna se realice con desencuentros.
Es decir, pretenden alejar cualquier signo de desconfianza, en la medida de lo posible, pues es claro que quienquiera que se quede al frente del partido tratará de inclinar la balanza.
Si por la ausencia de Elba Esther Gordillo, ayer hubiera asumido la presidencia el secretario de Organización del CEN del PRI, José Ramón Martell, hoy una parte del priísmo estaría dispuesta a la fractura por su signo abiertamente madracista. Lo que muchos otros advierten de Gordillo, quien, insinúan, impulsará a un integrante del Tucom.
Pero más allá de la posibilidad de cargar los dados en la elección interna, otros oponen resistencia a la dirigencia de la líder magisterial porque como presidenta del partido influiría en las decisiones que debe tomar el PRI en el paquete fiscal para 2006, y estaría por el impuesto a la producción y la intermediación (IPI), la venta de Pemex y las reformas estructurales aplazadas, que podrían generar descontento de la gente con su partido.
Aunque los madracistas no lo aceptan, pues también temen que Gordillo llegue a desconocer todos los acuerdos existentes, también es cierto que Roberto Madrazo tuvo más de tres años para tejer todas las redes estructurales en el partido, que le permitan jugar con lealtades a su favor en el proceso de selección del candidato presidencial, que por cierto ayer se decidió también, sea en elección abierta a la militancia y simpatizantes.
El PRI, entonces, le apuesta a la recuperación que tuvo en las elecciones estatales, municipales y del proceso federal de 2003. Son pragmáticos. Saben que frente a los desencuentros de sus adversarios políticos en esta etapa de selección de candidatos, no pueden tomar el lujo de manifestarse como un partido desunido, intolerante, arbitrario y excluyente.
Quizá por esta misma razón uno de los puntos del acuerdo signado ayer, afirma que “no hay métodos por sí mismos exitosos. Todos dependen de la voluntad de cumplirlos por parte de quienes los adoptan. Por eso no se justifican los recelos sobre los métodos, más bien hay que superar la desconfianza entre quienes los llevan a cabo”.
Y en este marco, unos para cumplir con los pactos y otros para conseguir un espacio que no los avasalle, acordaron esperar la llegada de Gordillo.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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