(2005-07-05)
Publicada en el diario Rumbo de México
Publicada en el diario Rumbo de México
Tras las elecciones en el Estado de México y Nayarit, los resultados electorales señalan una fuerte tendencia a que la pelea por la Presidencia de la República el año próximo se desarrollará entre el candidato del PRI, cualquiera que éste sea, y Andrés Manuel López Obrador del PRD, con una cierta ventaja hacia el representante priista, mientras el abanderado del PAN quedará relegado al tercer escalón.
Este domingo se cumplieron 52 procesos electorales locales de 56 que habrá entre el 1 de diciembre de 2000 y el 2 de julio de 2006. Sólo restan elecciones generales en Coahuila en septiembre, de congreso local y ayuntamientos en Guerrero para octubre, de presidentes municipales en Hidalgo hacia noviembre, además del congreso y municipios del Estado de México en marzo próximo.
De acuerdo con las tendencias observadas hasta ahora, los anteriores 52 procesos arrojaron resultados que dan un aproximado de 45 por ciento de los votos para el PRI, 27 por ciento al PAN y 21 por ciento al PRD.
Al momento el PRI tiene 16 gubernaturas, el PAN 9 y el PRD 5. Las dos restantes son una alianza en Chiapas, mientras el gobierno de Nayarit aún se disputa en el PREP, aunque de acuerdo con los últimos números hay una ligera ventaja para el PRI.
En cuestión de congresos locales los porcentajes son parecidos. Lo destacable, en cambio, es la recuperación del PRI en la mayoría de las principales 100 ciudades de la República Mexicana, que en los últimos procesos de la década anterior inclinaron su voto hacia el PAN.
Así las cosas, apunté en el primer párrafo que estas tendencias nos permitían advertir una certera ventaja hacia el representante del PRI. Veamos por qué.
Es innegable la delantera de López Obrador en las preferencias electorales, al obtener 36 por ciento en la última encuesta realizada por el diario Reforma al iniciar junio, contra 25 por ciento del PRI y 24 por ciento de Santiago Creel. En tanto, entre partidos se colocó al PRD con 23 por ciento de preferencias, contra 25 por ciento del PRI y 21 por ciento del PAN.
Pero si bien López Obrador tiene una amplia ventaja en las encuestas, éstas son sólo proyecciones; es decir, son intenciones de voto que pueden cambiar en un momento determinado, sobre todo en los últimos momentos antes de que el ciudadano llegue a la casilla.
En cambio, las tendencias de las votaciones realizadas hasta ahora son hechos reales, contabilizados; son estadísticas que ahí están para su estudio. Es cierto, el PRD ha mejorado su posicionamiento en las elecciones locales, pero también es clara la forma cómo el PRI ha vuelto a recuperar el voto que lo castigó en 2000.
Además, en este análisis, es pertinente recordar que de acuerdo con la ciencia política la votación de los partidos políticos sólo logra tener una variación máxima del 10 por ciento de su votación. Y en el caso del PRD, que tuvo 17 por ciento de los votos en 2003 y similar cantidad en 2000, podrá alcanzar alrededor de 27 por ciento de los votos nacionales en 2006, salvo que integre una gran alianza o frente al que se integren diversos partidos alrededor de su candidato.
Otro hecho que no debe perderse de vista es el poder político y económico que aún conservan los gobernadores de los estados y al momento, salvo el Distrito Federal y Guerrero que gobierna el PRD, el resto de los estados donde existe una gran cantidad de votantes están gobernados por el PRI como son Estado de México (además con una victoria bastante amplia), Veracruz, Nuevo León, Oaxaca, Puebla y Tamaulipas, mientras que el PAN sólo cuenta con Jalisco y Guanajuato.
Esto, las tendencias del voto, que son hechos reales, cuentan, quizá más que las encuestas.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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