(2005-07-25)
Publicada en el diario Rumbo de México
Publicada en el diario Rumbo de México
El mayor operador de blindajes financieros, incluido el suyo, ha sido nombrado candidato por México para ocupar la presidencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Marcado por la polémica cuando fue Secretario de Hacienda, este personaje, José Ángel Gurría Treviño, decidió renunciar a una pensión de 70 mil pesos mensuales que le otorgaba Nacional Financiera, mientras fuera funcionario público. Es decir, que desde el 1 de diciembre de 2000 volvió a cobrarla.
Autoproclamado arquitecto en la reestructuración de 50 mil millones de dólares de la deuda externa durante el sexenio de Carlos Salinas, afirman que como secretario de Relaciones Exteriores fue el negociador con organismos internacionales del paquete económico por la crisis propiciada por el error de diciembre de 1994, donde el petróleo fue garantía para el préstamo.
Igualmente fue responsable de aplicar cuatro recortes al gasto en el sexenio zedillista y de entregar dinero para los salarios del equipo de transición de Vicente Fox, cuyo pago recibe hoy. Pero sobre todo, fue quien a fines de 1993 anunció a empresarios japoneses que sus inversiones estaban seguras en México, porque el grupo que representaba gobernaría por cuatro sexenios más.
A lo largo de los últimos años, Gurría ha declarado entre muchas minucias que en México "se están acumulando las oportunidades perdidas", por la ausencia de cambios estructurales derivados de las reformas fiscal, laboral y energética, que incluyen la liberalización del sector eléctrico y los Contratos de Servicios Múltiples.
El ex funcionario que para 2000 calculó combatir la pobreza entregando un promedio de 4.75 pesos diarios a los entonces 30 millones de pobres, antes de hacer esas declaraciones debe explicar en calidad de qué ha realizado las anteriores declaraciones:
¿Como ex secretario de Hacienda; como un mexicano más, interesado en el futuro económico-financiero del país; como vicepresidente de la Fundación española Empresa y Crecimiento —que desde 2001 y hasta el final de 2003 "apoyó" con 25 millones de dólares de financiamiento a sólo unas contadas empresas mexicanas—; como miembro del Consejo de Administración de Recoletos Grupo de Comunicación, de capital español; como integrante del Consejo de Asesores de Public Strategies, Inc.; o si declaró durante los meses anteriores como aspirante a la presidencia de la OCDE?
Hoy Gurría trabaja para una empresa dedicada a dar asesorías "para enfrentar una crisis, desarrollar una campaña de asuntos públicos o realizar una evaluación del riesgo público de su empresa" como es Public Strategies Inc., que ofrece, según su página Web (http://esp.pstrategies.com) "promoción de los intereses del cliente en todas las áreas de gobierno, servicios de relación con el gobierno, estrategia de previsión y respuesta a una crisis, apoyo en asuntos públicos, asesoría en evaluación de riesgo público, investigación, análisis y asesoría sobre opinión pública; encuestas de negocio y de mercado; servicios de relaciones con medios, y servicios de comunicación creativa".
Esto es, una empresa dedicada al lobbying o cabildeo a altos niveles, aprovechando los puestos que sus integrantes ocuparon en los gobiernos de Estados Unidos y México. Y esto no es otra cosa que tráfico de influencias, aunque legalizado, porque dejaron en el servicio público muchos colaboradores y sirvieron a ciertos intereses.
Veamos: en Public Strategies Inc., además de Gurría se encuentran personajes como su director general Blaine Bull, quien "trabajó en Washington D.C. como director legislativo para el entonces influyente senador Lloyd Bentsen” con quien pasó gran parte de su carrera.
También Luis de la Calle, director general para México, quien "fungió como subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Economía de México, puesto al que fue designado tanto por el presidente Vicente Fox como por el ex-presidente Ernesto Zedillo”.
También están Jeff Eller, quien "trabajó en la Casa Blanca como asistente adjunto del presidente Bill Clinton y director de Relaciones con Medios"; o Jon Glaudemans, "un experto en los procesos que contribuyen a aumentar el valor accionario de una empresa por medio de la transformación de la opinión pública y la influencia sobre las políticas públicas. Trabajó nueve años en la oficina presidencial de Estados Unidos, tanto para el presidente Ronald Reagan como para George Bush padre”; y otros como Richard Holbrooke, James A. Johnson.
Es decir, Gurría comparte intereses de negocios con un equipo de élite en el cabildeo, cercano a los intereses de los Estados Unidos, de tal forma que sus declaraciones siempre tendrán una cercanía a las inversiones de las empresas transnacionales que representa.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Marcado por la polémica cuando fue Secretario de Hacienda, este personaje, José Ángel Gurría Treviño, decidió renunciar a una pensión de 70 mil pesos mensuales que le otorgaba Nacional Financiera, mientras fuera funcionario público. Es decir, que desde el 1 de diciembre de 2000 volvió a cobrarla.
Autoproclamado arquitecto en la reestructuración de 50 mil millones de dólares de la deuda externa durante el sexenio de Carlos Salinas, afirman que como secretario de Relaciones Exteriores fue el negociador con organismos internacionales del paquete económico por la crisis propiciada por el error de diciembre de 1994, donde el petróleo fue garantía para el préstamo.
Igualmente fue responsable de aplicar cuatro recortes al gasto en el sexenio zedillista y de entregar dinero para los salarios del equipo de transición de Vicente Fox, cuyo pago recibe hoy. Pero sobre todo, fue quien a fines de 1993 anunció a empresarios japoneses que sus inversiones estaban seguras en México, porque el grupo que representaba gobernaría por cuatro sexenios más.
A lo largo de los últimos años, Gurría ha declarado entre muchas minucias que en México "se están acumulando las oportunidades perdidas", por la ausencia de cambios estructurales derivados de las reformas fiscal, laboral y energética, que incluyen la liberalización del sector eléctrico y los Contratos de Servicios Múltiples.
El ex funcionario que para 2000 calculó combatir la pobreza entregando un promedio de 4.75 pesos diarios a los entonces 30 millones de pobres, antes de hacer esas declaraciones debe explicar en calidad de qué ha realizado las anteriores declaraciones:
¿Como ex secretario de Hacienda; como un mexicano más, interesado en el futuro económico-financiero del país; como vicepresidente de la Fundación española Empresa y Crecimiento —que desde 2001 y hasta el final de 2003 "apoyó" con 25 millones de dólares de financiamiento a sólo unas contadas empresas mexicanas—; como miembro del Consejo de Administración de Recoletos Grupo de Comunicación, de capital español; como integrante del Consejo de Asesores de Public Strategies, Inc.; o si declaró durante los meses anteriores como aspirante a la presidencia de la OCDE?
Hoy Gurría trabaja para una empresa dedicada a dar asesorías "para enfrentar una crisis, desarrollar una campaña de asuntos públicos o realizar una evaluación del riesgo público de su empresa" como es Public Strategies Inc., que ofrece, según su página Web (http://esp.pstrategies.com) "promoción de los intereses del cliente en todas las áreas de gobierno, servicios de relación con el gobierno, estrategia de previsión y respuesta a una crisis, apoyo en asuntos públicos, asesoría en evaluación de riesgo público, investigación, análisis y asesoría sobre opinión pública; encuestas de negocio y de mercado; servicios de relaciones con medios, y servicios de comunicación creativa".
Esto es, una empresa dedicada al lobbying o cabildeo a altos niveles, aprovechando los puestos que sus integrantes ocuparon en los gobiernos de Estados Unidos y México. Y esto no es otra cosa que tráfico de influencias, aunque legalizado, porque dejaron en el servicio público muchos colaboradores y sirvieron a ciertos intereses.
Veamos: en Public Strategies Inc., además de Gurría se encuentran personajes como su director general Blaine Bull, quien "trabajó en Washington D.C. como director legislativo para el entonces influyente senador Lloyd Bentsen” con quien pasó gran parte de su carrera.
También Luis de la Calle, director general para México, quien "fungió como subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Economía de México, puesto al que fue designado tanto por el presidente Vicente Fox como por el ex-presidente Ernesto Zedillo”.
También están Jeff Eller, quien "trabajó en la Casa Blanca como asistente adjunto del presidente Bill Clinton y director de Relaciones con Medios"; o Jon Glaudemans, "un experto en los procesos que contribuyen a aumentar el valor accionario de una empresa por medio de la transformación de la opinión pública y la influencia sobre las políticas públicas. Trabajó nueve años en la oficina presidencial de Estados Unidos, tanto para el presidente Ronald Reagan como para George Bush padre”; y otros como Richard Holbrooke, James A. Johnson.
Es decir, Gurría comparte intereses de negocios con un equipo de élite en el cabildeo, cercano a los intereses de los Estados Unidos, de tal forma que sus declaraciones siempre tendrán una cercanía a las inversiones de las empresas transnacionales que representa.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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