miércoles, julio 06, 2005

El PAN y el poder

(2005-07-06)
Publicada en el diario Rumbo de México

La debacle electoral del Partido Acción Nacional ha demostrado que no es lo mismo hacer campaña política donde a los electores se les enamora con promesas generalmente alejadas de la realidad, que gobernar.
Pues si bien ha conservado el poder en algunos estados como Baja California, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato y Querétaro (zonas, salvo la Baja, de tendencia altamente conservadora), ya perdió Nayarit y falta por ver qué sucederá en la recientemente ganada Tlaxcala, Yucatán y, sobre todo, Morelos, donde podrían correr la misma suerte de Chihuahua y Nuevo León.
Pero ante todo llama la atención que con el poder económico del Estado a su favor, durante este sexenio los panistas no hayan podido mantener el triunfo en Nayarit y Nuevo León, y conquistar otras entidades que se pensaban propicias para su crecimiento como el Estado de México, donde los municipios más poderosos económicamente están pintados de azul.
Esta falta de crecimiento se debe a dos aspectos fundamentales:
El primero es su incapacidad para operar elecciones, con todos los recursos al alcance del partido en el gobierno federal. Es decir, como sucedió al Presidente de la república en prácticamente todo el sexenio, no tuvieron operadores políticos, ni tampoco electorales que hicieran el trabajo en la base.
De nada sirvió al PAN la política de desarrollo social construida desde la secretaría que dirige Josefina Vázquez Mota, a quien gobernadores de todos los colores le han reconocido el apoyo otorgado en los años recientes.
Mucho menos el incremento del financiamiento al campo desde la gerencia en manos de Javier Usabiaga.
Es decir, no hubo capacidad para bajar al conocimiento de la gente las buenas noticias que también son noticia, y ante todo, son muy escasas.
Por el contrario, y aquí viene el segundo aspecto más importante. Fueron más, y a la vez escandalosas, las malas noticias, donde se dio cuenta de los vaivenes en la negociación política, de las frivolidades del poder, de la corrupción de los nuevos gobernantes y sus familiares.
Si los mexicanos votaron mayoritariamente por Vicente Fox en 2000 fue por hartazgo frente a la corrupción priista que año con año apretó la tuerca a los ingresos de los mexicanos.
Pero el cambio esperado por la gran mayoría no llegó y se siguieron como carrusel los escándalos de Guido Belsasso, las toallas de 4 mil 500 pesos, los colchones del embajador Carlos Flores Alcocer, las operaciones de la esposa de Raúl Muñoz Leos, sin contar los asuntos de Vamos México y los negocios de los hermanos Bribiesca Sahagún, por citar sólo algunos, los más escandalosos, a los que se sumó recientemente la autorización de Santiago Creel para que Televisa abra centros de apuestas.
También los errores políticos a nivel internacional como la frustrada enchilada completa, el come y te vas a Fidel Castro y, hace algunas semanas el conflicto con la comunidad negra de los Estados Unidos.
Es muy posible que la calidad y capacidad de los candidatos del PAN en los estados de la república no haya sido la mejor, pero también es muy cierto que en política el poder es para ejercerse y el PAN no lo ejerció porque nunca encontró cómo.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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