lunes, junio 20, 2005

Unidad o ruptura final

(2005-06-20)
Publicada en el diario Rumbo de México

El presidente de la Comisión de Procesos Internos del CEN del PRI, Rafael Rodríguez Barrera, y el secretario técnico del Consejo Político Nacional, Mariano Palacios Alcocer, realizan una soterrada operación política para hacer posible que el 15 de julio, día cuando Roberto Madrazo renuncie a la presidencia del partido, haya un candidato de unidad: él, y que el próximo presidente del instituto político sea Manlio Fabio Beltrones.
Es decir, mediante una hábil estrategia política de concesiones a ciertos grupos y personajes, el madracismo dentro del PRI quiere dejar nada a los Tucomes (Enrique Jackson, Arturo Montiel, Tomás Yarrington, Enrique Martínez y Manuel Ángel Núñez) y menos a Elba Esther Gordillo, quien por ser actual secretaria general debía quedar al frente del partido.
De tal forma, los madracistas pretenden realizar una reforma estatutaria para impedir que Gordillo asuma la presidencia del PRI, aunque Madrazo ha declarado que mientras no haya reforma estatutaria, Gordillo está en pleno derecho de sustituirlo.
Este movimiento, al parecer infructuoso, significa el comienzo casi formal del proceso interno del PRI para elegir a su candidato presidencial, y obliga a pensar en cuál será el futuro de ese partido si la actual dirigencia no logra conducirlo adecuadamente, pues no sólo se trata de saber si tiene posibilidades de recuperar la Presidencia de la República, sino si será capaz de mantenerse unido.
El PRI, de acuerdo con la encuesta Ipso Bimsa tiene 31 por ciento de preferencias electorales, contra 23 por ciento del PAN y 22 del PRD, mientras la de Consulta Mitofsky, da 27% al PRI, 20% al PRD y 19% al PAN, y pone al PRD por primera ocasión delante del PAN.
Es decir, frente al ascenso en las encuestas del PRD y el mayor posicionamiento de su candidato Andrés Manuel López Obrador sobre Madrazo, la unidad del PRI debería ser un activo esencial para la campaña presidencial.
Madrazo consiguió unir a su equipo entre otros al ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, a quien le entregó la coordinación de la Comisión de la Plataforma Electoral 2006. Apenas nombrado en el cargo, Alemán dijo que el objetivo del Grupo Unidad Democrática (Todos Unidos contra Madrazo) al que pertenece, ya se logró, que era tener nuevas reglas y la libertad de poder decidir quién será el candidato.
Pero, por ejemplo, las huestes de la CTM aún no tienen decidido a quién van a apoyar; todavía no les han dado línea, aunque se presume que de acuerdo a las negociaciones finales, estarán con el más fuerte: Madrazo.
Pero si el equipo madracista no logra la candidatura de unidad, es previsible que una vez definidos formalmente los tiempos de la campaña y los nombres de quienes se lanzarán a disputar la candidatura presidencial (Jackson o Montiel contra Madrazo, con toda seguridad), la actual cordialidad se desvanezca y la descalificación sustituya al debate o la expresión reposada de ideas.
Lo que se enfrentará en la campaña interna no son ofertas programáticas sino, el control sobre las estructuras del partido (Madrazo), contra el control de estructuras locales (Grupo Unidad Democrática).
De aquí se desprende también la importancia que tendrán las posiciones que asuman los otros gobernadores provenientes del PRI, sobre todo aquellos que aún no se pronuncian por ninguno de los dos bandos, y entre ellos grupos precisamente como la CTM.
De lo descarnado de este enfrentamiento, resultará la unidad final o ruptura del PRI y su capacidad de recomponerse de una derrota y hacerse nuevamente de la Presidencia de la República, y su viabilidad como partido político a mediano y largo plazo.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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