(2005-06-13)
Publicada en el diario Rumbo de México
Publicada en el diario Rumbo de México
El gobierno de los Estados Unidos no lo ha señalado directamente, pero en su fundada paranoia teme la llegada de un gobierno populista en su frontera sur, probablemente aliado con lo que llaman El Eje del Mal, integrado por Fidel Castro y Hugo Chávez, que pudiera amenazar su estabilidad.
Las constantes críticas del embajador Anthony Garza al problema de la inseguridad en la franja norte de México no son de gratis, pese a que actualmente se refieran sólo al narcotráfico.
"El papel de Chávez en Bolivia es evidente y habla por sí mismo", dijo hace unos días el jefe de la diplomacia estadounidense para Latinoamérica, Roger Noriega, al referirse a las acusaciones de que el presidente venezolano financia a la oposición radical boliviana, entre ellos al líder cocalero Evo Morales, cabeza de las protestas que hicieron caer recientemente a Carlos Mesa y a su predecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, en octubre de 2003.
Y pese a que "Venezuela es escrupulosamente respetuosa de la soberanía de cada país y no tiene ninguna razón para intervenir en asuntos de otro país", como dijo el canciller Alí Rodríguez, tampoco se puede pasar por alto el conflicto con Colombia por el supuesto apoyo que da Chávez a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en tanto el gobierno de los Estados Unidos apoya al colombiano desde varios lustros atrás con ayuda militar y económica.
Ese enfrentamiento ha propiciado también que semanas atrás el ex secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Otto Reich, dijera que “si se combinan el mal genio, la experiencia en lucha política y la desesperación económica de Castro con el ilimitado dinero y la temeridad de Chávez, la paz en la región estará en peligro”, tras la compra por el gobierno de Venezuela a Rusia de 100 mil rifles AK-47, 50 helicópteros de ataque y 30 jets MIG, además de aviones de combate a Brasil y barcos a España.
Todo este preámbulo viene a colación por la investigación que realizan los diputados federales del PAN, Juan Carlos Núñez Armas y Rodrigo Iván Cortés, quienes solicitaron un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, para pedir a la Secretaría de Gobernación y a la Procuraduría General de la República investiguen las circunstancias en las que se produjo un supuesto tráfico de armas de Venezuela al Ejército Popular Revolucionario en México.
La solicitud la apoyaron en una columna periodística de Raymundo Rivapalacio, quien el 9 de mayo escribió que “armas obtenidas por Venezuela en el mercado internacional han tenido como uno de sus destinatarios al Ejército Popular Revolucionario (…) Esta historia se mantiene con el mayor secreto, en particular porque este cargamento de armas tiene huellas que llevan a cuadros perredistas dentro del Gobierno del Distrito Federal”.
El texto de Rivapalacio añade que “en los últimos meses se detectó la salida de una partida de dinero de fondos del Gobierno del Distrito Federal a La Habana, desde donde se trianguló una nueva operación financiera con Caracas, donde ese dinero fue tomado por el gobierno de Hugo Chávez para comprar un lote de fusiles de asalto de manufactura rusa conocidos como AK-47, coloquialmente llamados cuernos de chivo, que son armas de alto poder utilizadas en México únicamente por narcotraficantes”.
De esta forma, el probable eje Gobierno del Distrito Federal-La Habana-Caracas no pasa por alto a la inteligencia mexicana ni la estadounidense.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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