(2005-06-02)
(Publicado en el diario Rumbo de México)
En el marco de la clausura de la Conferencia de la Comunidad de las Democracias, celebrada en Santiago de Chile el viernes 29 de abril, soberbio el canciller Luis Ernesto Derbez declaró no tener la mínima intención de retirar su candidatura a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), y tuvo el atrevimiento de ir más allá, al aventurar que esperaba su contendiente chileno, José Miguel Insulza sí lo hiciera.
En el marco de la clausura de la Conferencia de la Comunidad de las Democracias, celebrada en Santiago de Chile el viernes 29 de abril, soberbio el canciller Luis Ernesto Derbez declaró no tener la mínima intención de retirar su candidatura a la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), y tuvo el atrevimiento de ir más allá, al aventurar que esperaba su contendiente chileno, José Miguel Insulza sí lo hiciera.
Pero horas más tarde, tras una reunión que tuvo con la secretaria del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Condoleezza Rice, fue anunciada “la decisión de Derbez” por la Ministro del Exterior de Colombia, Carolina Barco.
Claro, Derbez no iba a desdecirse tras aquella exhibición de soberbia y luego de exhibirse quién manda en el continente.
Fuentes diplomáticas aseguraron aquella ocasión que la decisión de Derbez fue empujada por un ofrecimiento nada despreciable por parte de la funcionaria estadounidense, que llegó aquel día para resolver el conflicto diplomático.
A cambio de hacer mutis a la candidatura de la OEA y entregarla al bloque de la izquierda latinoamericana, con el fin de suavizar las relaciones en el continente, Luis Ernesto Derbez y el gobierno de México habrían escuchado la oferta de ser apoyados para ocupar la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dirigido por el hispano-uruguayo Enrique V. Iglesias, quien el martes renunció con fecha del 30 de septiembre, para ocupar en el futuro la nueva Secretaría General de la Cumbre Iberoamericana.
Para Derbez no sería nada nuevo acudir a una institución como el BID, pues parte de su carrera la hizo dentro de la estructura del Banco Mundial, antes de ser enviado por los intereses transnacionales a la campaña presidencial de Vicente Fox, a quien proveyó de recursos desde el extranjero de la empresa Dehydration Technologies Belgium, a través del Instituto Internacional de Finanzas.
Sin embargo, ahora que los países con gobiernos de izquierda vieron su fortaleza frente al gigante de América al que obligaron a negociar la posición para Insulza, lanzarán a su propio candidato para cerrar el paso a la probable candidatura de Derbez y tratar de quedarse con un instrumento clave para su desarrollo regional, el Banco Interamericano de Desarrollo.
Será Brasil el que salga al paso al postular probablemente a uno de los dos actuales vicepresidentes del BID, Joao Sayad, quien asumió la vicepresidencia de Planeamiento y Administración del BID el 1 de septiembre de 2004.
Además de su trabajo en la administración pública brasileña y la academia, Sayad ha trabajado también como consultor del Banco Mundial en temas de crédito rural.
Así las cosas, veremos si el gobierno de los Estados Unidos le cumple a Derbez y al gobierno del presidente Vicente Fox. Pero sobre todo, veremos cuál es la posición de los demás países porque Derbez representaría a un gobierno que en el contexto internacional va en picada en sus finanzas y no puede levantar su economía.
México ya tuvo un presidente del BID: Antonio Ortiz Mena, el secretario de Hacienda de Adolfo López Mateos y gran parte del sexenio de Gustavo Díaz Ordaz. Quizá este hecho complique también la candidatura del canciller mexicano. En suma el BID ha tenido sólo tres presidentes desde su creación en 1960: el chileno Felipe Herrera Lane, Ortiz Mena y el hispano-uruguayo Enrique V. Iglesias.
Así las cosas, veremos si el gobierno de los Estados Unidos le cumple a Derbez y al gobierno del presidente Vicente Fox. Pero sobre todo, veremos cuál es la posición de los demás países porque Derbez representaría a un gobierno que en el contexto internacional va en picada en sus finanzas y no puede levantar su economía.
México ya tuvo un presidente del BID: Antonio Ortiz Mena, el secretario de Hacienda de Adolfo López Mateos y gran parte del sexenio de Gustavo Díaz Ordaz. Quizá este hecho complique también la candidatura del canciller mexicano. En suma el BID ha tenido sólo tres presidentes desde su creación en 1960: el chileno Felipe Herrera Lane, Ortiz Mena y el hispano-uruguayo Enrique V. Iglesias.
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