martes, junio 28, 2005

Democracia, letra muerta en IFE

(2006-05-28)
Publicada en el diario Rumbo de México

En inusual conferencia de prensa dominguera, Luis Carlos Ugalde dictó cátedra sobre el valor de la democracia y la equidad. Y junto con él, Virgilio Andrade, Alejandra Latapí, Teresa González Luna, Rodrigo Morales, Marco Antonio Gómez, Andrés Albo y Arturo Sánchez.
Huéspedes actuales del “Palacio de la Democracia”, los integrantes del Consejo General del IFE sentenciaron sobre la legalidad, el respeto a las autoridades y la equidad en las elecciones.
Exhortaron “a las fuerzas políticas, a la sociedad civil y servidores públicos para que la confianza y equidad sean prácticas colectivas que nos permitan avanzar en la consolidación de la democracia".
No obstante ser un llamado a destiempo porque Arturo Montiel, Andrés Manuel López Obrador y el propio presidente Vicente Fox ya hicieron campaña proselitista en el Estado de México, bienvenida la llamada del IFE para lo que resta de la semana, aunque sólo haya sido para la foto.
Sin embargo, es prudente hacer notar que los postulados esgrimidos por Ugalde son letra muerta hacia el interior del propio IFE, donde los trabajadores que se han atrevido a denunciar actos de corrupción o simple y sencillamente desean proteger sus derechos laborales con la creación de un sindicato, hoy sufren de terrorismo laboral por omisión de los consejeros o la secretaria ejecutiva María del Carmen Alanís.
Es el caso de Ramón Hernán Guevara López, jefe del departamento de Operación de Sistemas de la Junta Local Ejecutiva en Guanajuato, quien tras haber convocado a sus compañeros a la Asamblea Constitutiva de la Delegación estatal del Sindicato de Trabajadores del IFE, el 19 de enero pasado, una semana después comenzó a ser presionado para presentar su renuncia.
El nuevo vocal ejecutivo, Ignacio Antonio Manjarrez Valle llegó a Guanajuato el 16 de enero, y el 26 ya había dado órdenes al vocal secretario para hacer a un lado a Guevara López. Datos de este caso los tiene Alanís Figueroa desde el 29 de enero, sin que a la fecha hayan cesado las presiones al trabajador, a quien le buscan fincar actas administrativas de todo tipo, sin éxito.
Un caso parecido es el de Ignacio Cárdenas y Sanjuana López de Calderón, despedidos por quejarse de la existencia de presuntos aviadores o personal que no cubría sus horas de trabajo, también en Guanajuato.
O, por ejemplo, los despidos de Marcelino Cruz Valencia, Alejandro Mendoza Ramos, Marco Martínez Coronilla, Óscar Martínez Martínez y César Barrera Centeno, por denunciar que en la bodega de bienes consumibles localizada en Tetix 186, colonia Pedregal de San Nicolás, en el Distrito Federal, había bienes sin contabilizar por órdenes superiores.
Mario Espínola Pinelo, contralor interno de la Vocalía en el Distrito Federal envió el 3 de marzo de 2005 un escrito a Rubén García Cataño, director de Recursos Materiales y Servicios, mediante el cual solicita que a los denunciantes de las irregularidades en el almacén a cargo de Manuel López Bernal, “no se les afecten en forma alguna los derechos laborales.
Sin embargo, 27 días después los despidieron, junto con 69 empleados más.
Estos son sólo algunos ejemplos de que los trabajadores del “Palacio de la Democracia”, a diferencia de lo que sus superiores pregonan hacia el exterior, se encuentran con sus derechos conculcados y a merced de las venganzas, antipatías o acomodos de sus jefes, en una relación donde la equidad y la confianza simple y sencillamente, no existen.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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