miércoles, noviembre 23, 2005

Que no quede para la anécdota

El poder económico de Carlos Slim y un grupo de empresarios parece ser, finalmente, la piedra angular para forzar a los políticos de este país a dejar de luchar única y exclusivamente por el poder y mirar un poco más allá de las próximas contiendas electorales.
Hace algunos meses este grupo plural afirmó que concientes de que la consolidación de nuestra democracia y el avance en nuestro desarrollo, requieren de una serie de cinco objetivos centrales, realizaron en un fastuoso acto un planteamiento a todos los sectores sociales.
Y expusieron los cinco puntos eje del acuerdo:
1) Fortalecer el Estado de Derecho y la seguridad pública con el fin de consolidar un Estado democrático de derecho, que garantice libertades, derechos humanos y sociales, y seguridad física y jurídica.
2) Fomentar un desarrollo con justicia, mediante el crecimiento económico y empleo, para lograr un crecimiento económico acelerado, sostenido, sustentable, con empleo y con políticas redistributivas.
3) La formación y desarrollo de capital humano y social, con más y mejor salud y educación.
4) El desarrollo de capital físico para acelerar la construcción de infraestructura y de vivienda.
5) Una amplia y profunda reforma de la administración pública, para hacerla más eficaz y transparente al servicio a los ciudadanos.
Bueno, pues ayer el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Roberto Madrazo y 29 gobernadores agrupados en la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), decidieron apoyar la construcción de la "Agenda del siglo 21".
Al cierre de este espacio estaba previsto que acudieran al hotel Camino Real, los candidatos del PAN, Felipe Calderón, y del Partido Verde Ecologista de México, Bernardo de la Garza, para firmar el acuerdo, mientras que el PRD anunció la firma del acuerdo, cuando sea investido como candidato Andrés Manuel López Obrador.
Sin duda, las fuerzas políticas, económicas y sociales del país necesitan firmar un acuerdo nacional para poder avanzar en todas las áreas de la vida pública, de tal forma que tengan su resultado en la vida privada de los mexicanos.
Y para lograrlo se necesita, sin duda, un país de consensos, que camine con acuerdos en lo básico, y sobre todo, que se privilegie el debate de ideas sobre la confrontación y el desprestigio de la política.
La mayoría de los candidatos a la Presidencia de la República y una parte importante de los gobernadores del país signaron el acuerdo. Este primer paso es, no podemos dudarlo, una acción alentadora para todos los sectores.
Sin embargo, queda la duda de que una vez que llegaron al poder cumplan con la promesa signada ayer, pues los políticos mexicanos son muy dados a padecer Alzheimer prematuro cuando consiguen sus propósitos inmediatos, y entre los que firmaron ayer, hay varios a quienes difícilmente se les pueda creer.
Ojalá y por el bien de todo México, este paso dado ayer no sea sólo para la foto ahora que se acercan los comicios y pase a ser parte de la anécdota después del 2 de julio de 2006.

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