Publicada en el diario Rumbo de México
El fin de semana se dio un choque entre dos grandes mentirosos que sólo apuntan a su beneficio particular y de grupo, pero poco aportan para el bien hacer de la política del país.
Si Roberto Madrazo buscaba ganar la simpatía del importante grupo de zedillistas dentro del PRI en la víspera de la “selección” de candidato interno, al anunciar una reunión con un hijo del expresidente para fortalecer la unidad en el PRI rumbo a las elecciones de 2006 y limar las asperezas entre ambos políticos, la táctica le salió en contrario.
Pocas apariciones públicas ha realizado el expresidente Ernesto Zedillo desde que dejó la Primera Magistratura del país en diciembre de 2000 y la última fue a raíz de una carta enviada a su ex secretario particular y actual operador político, Liébano Sáenz, a quien le solicitó dar a conocer a los medios su "profunda molestia por el hecho de que el señor Roberto Madrazo esté aprovechando un encuentro circunstancial en un restaurante para hablar de una reunión con uno de mis hijos con supuestas connotaciones de carácter político".
Añadió que esta es la "segunda ocasión en pocas semanas que el citado precandidato a la presidencia falta a la verdad en relación a supuestas relaciones con un servidor".
Y remata: "En verdad siento mucho que mi decisión de honrar mi retiro definitivo de la política desde el 1 de diciembre de 2000, que me lleva a no mantener contacto con los medios de comunicación, sea aprovechada indebidamente".
Ernesto Zedillo, que acusó de mentiroso a Madrazo, no fue mejor durante su mandato presidencial.
En marzo de 1995 anunció su “sana distancia” del PRI pero a los cinco meses, el 19 de agosto de 1995, quitó a María de los Ángeles Moreno de la presidencia para colocar a Santiago Oñate. Diez semanas después mando al relevo a su brother Humberto Roque Villanueva, quien se mantuvo hasta el 10 de septiembre de 1997, poco después de que el PRI perdió todo el Distrito Federal y los estados de Nuevo León y Querétaro, antes de dejar la silla en manos de Mariano Palacios Alcocer.
La “sana distancia” decidió que el 1 de abril de 1999, asumiera la presidencia del PRI el político que más cargos de importancia ocupó en el sexenio de Zedillo, pese a su mediocre carrera: José Antonio González Fernández.
Con González Fernández, Zedillo operó la elección presidencial que favoreció a Francisco Labastida, y propició otro más de los enfrentamientos entre Zedillo y Madrazo.
Y desde su “sana distancia”, nuevamente Zedillo mandó a otro emergente al PRI. Esta ocasión la yucateca Dulce María Sauri Riancho, quien quiso renunciar al día siguiente de la gran derrota electoral del tricolor, pero Zedillo, se opuso.
A esta serie de mentiras de Zedillo, se puede agregar aquella de que se retiró definitivamente de la política desde el 1 de diciembre de 2000, pues si él no aparece, quien si lo hace es Liébano Sáenz, convertido en un asesor honorario de Andrés Manuel López Obrador, de tal suerte que el ex presidente transmite sus mensajes políticos a través de quien fuera el secretario de comunicación de la campaña presidencial del PRI en 1994, primero con Luis Donaldo Colosio y posteriormente con el propio Zedillo.
Usted, ¿a quién le va?
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Si Roberto Madrazo buscaba ganar la simpatía del importante grupo de zedillistas dentro del PRI en la víspera de la “selección” de candidato interno, al anunciar una reunión con un hijo del expresidente para fortalecer la unidad en el PRI rumbo a las elecciones de 2006 y limar las asperezas entre ambos políticos, la táctica le salió en contrario.
Pocas apariciones públicas ha realizado el expresidente Ernesto Zedillo desde que dejó la Primera Magistratura del país en diciembre de 2000 y la última fue a raíz de una carta enviada a su ex secretario particular y actual operador político, Liébano Sáenz, a quien le solicitó dar a conocer a los medios su "profunda molestia por el hecho de que el señor Roberto Madrazo esté aprovechando un encuentro circunstancial en un restaurante para hablar de una reunión con uno de mis hijos con supuestas connotaciones de carácter político".
Añadió que esta es la "segunda ocasión en pocas semanas que el citado precandidato a la presidencia falta a la verdad en relación a supuestas relaciones con un servidor".
Y remata: "En verdad siento mucho que mi decisión de honrar mi retiro definitivo de la política desde el 1 de diciembre de 2000, que me lleva a no mantener contacto con los medios de comunicación, sea aprovechada indebidamente".
Ernesto Zedillo, que acusó de mentiroso a Madrazo, no fue mejor durante su mandato presidencial.
En marzo de 1995 anunció su “sana distancia” del PRI pero a los cinco meses, el 19 de agosto de 1995, quitó a María de los Ángeles Moreno de la presidencia para colocar a Santiago Oñate. Diez semanas después mando al relevo a su brother Humberto Roque Villanueva, quien se mantuvo hasta el 10 de septiembre de 1997, poco después de que el PRI perdió todo el Distrito Federal y los estados de Nuevo León y Querétaro, antes de dejar la silla en manos de Mariano Palacios Alcocer.
La “sana distancia” decidió que el 1 de abril de 1999, asumiera la presidencia del PRI el político que más cargos de importancia ocupó en el sexenio de Zedillo, pese a su mediocre carrera: José Antonio González Fernández.
Con González Fernández, Zedillo operó la elección presidencial que favoreció a Francisco Labastida, y propició otro más de los enfrentamientos entre Zedillo y Madrazo.
Y desde su “sana distancia”, nuevamente Zedillo mandó a otro emergente al PRI. Esta ocasión la yucateca Dulce María Sauri Riancho, quien quiso renunciar al día siguiente de la gran derrota electoral del tricolor, pero Zedillo, se opuso.
A esta serie de mentiras de Zedillo, se puede agregar aquella de que se retiró definitivamente de la política desde el 1 de diciembre de 2000, pues si él no aparece, quien si lo hace es Liébano Sáenz, convertido en un asesor honorario de Andrés Manuel López Obrador, de tal suerte que el ex presidente transmite sus mensajes políticos a través de quien fuera el secretario de comunicación de la campaña presidencial del PRI en 1994, primero con Luis Donaldo Colosio y posteriormente con el propio Zedillo.
Usted, ¿a quién le va?
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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