miércoles, noviembre 16, 2005

Chávez, Fox y el 2006

Publicada en el diario Rumbo de México
El desencuentro de Vicente Fox con Hugo Chávez tras la IV Cumbre Iberoamericana celebrada en Argentina, hoy más que nunca queda claro que no es un asunto de diferencias diplomáticas ni de visiones distintas sobre el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.
No. Nada más lejano que eso. Tiene que ver con un proceso político de mayor envergadura a nivel latinoamericano, y de la máxima prioridad en México por el proceso electoral de 2006.
Y tiene que ver con la alianza llamada por los operadores políticos de George Bush como el Eje del Mal, es decir, los gobiernos de Cuba y Venezuela, quienes invocando los afanes intervencionistas de los Estados Unidos, recurren a la misma estrategia de aquellos a quienes critican, para imponer sus visiones parciales del mundo.
De tal forma que así como el gobierno estadounidense ha financiado gobiernos de gorilas y golpes de Estado en los países latinoamericanos y de otras latitudes a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), o con invasiones directas como actualmente sucede en Irak, anteriormente Cuba lo hizo con los escasos recursos que le quedaban por la colaboración rusa y buscó exportar la Revolución Cubana lo mismo a Centroamérica o en África; hoy con el motor económico de la Venezuela chavista, procuran extender en América la Revolución Bolivariana.
De tal forma que así como ha sido reprobable la intromisión de los Estados Unidos en los asuntos de México —incluido el financiamiento de campañas como se presume fue la del actual presidente, Vicente Fox— de la misma forma lo es, hoy, la de Cuba y Venezuela.
Pero antes un paréntesis. Cuba se guardó de entremeterse en los asuntos de nuestra nación por respeto inicialmente al general Lázaro Cárdenas y, más adelante, al capitán Fernando Gutiérrez Barrios, por la protección que ambos ofrecieron a Fidel Castro cuando fue detenido en 1957, meses antes de su partida en el yate Granma para internarse en la Sierra Maestra y hacer la revolución.
De hecho, con la complacencia de los círculos diplomáticos, de inteligencia y policiales mexicanos, durante muchos años actuaron en nuestro país los servicios de espionaje cubanos, que realizaron actividades delincuenciales para financiarse y financiar guerrillas como la sandinista en Nicaragua, de acuerdo con el relato realizado por Jorge Masetti en su libro El furor y el delirio: Itinerario de un hijo de la revolución cubana (Tusquets, 1999).
Pero fallecieron Cárdenas y Gutiérrez Barrios, y también asumió el gobierno un partido diferente al PRI, con lo cual terminó el romance diplomático, que hoy el gobierno de La Habana parece haber reiniciado con un nuevo-viejo PRI, el que se adueñó del PRD.
Versiones de inteligencia internacional —no sólo la de los Estados Unidos— detallan la “ayuda” económica que el gobierno de Venezuela entregó a la campaña presidencial del Partido del Trabajo en Brasil, para llevar a la presidencia a Luis Inacio Lula da Silva. No pocos mencionan la “colaboración” chavista en las revueltas de los líderes cocaleros en Bolivia. Y no menos sospechosa es la cercanía con Daniel Ortega en Nicaragua y Néstor Kirchner de Argentina, en esta especie de bloque que se conforma en el hemisferio junto con Uruguay y Chile, al grado de que sus impulsores aseguran que antes de 2010 el 75 por ciento del continentes estará gobernado “por la izquierda”.
En el caso de México, hace algunos años evaluaron el surgimiento de Andrés Manuel López Obrador como probable candidato presidencial, aunado a los resbalones diplomáticos del presidente Vicente Fox y su equipo de colaboradores; entonces comenzaron a apostarle. Por un lado al golpeteo del gobierno de Fox y, a la vez, al apoyo del gobierno del Distrito Federal, desde el anterior embajador Lino Martínez, quien antes de retirarse dijo que Andrés Manuel López Obrador era un rayo de luz para los ciudadanos mexicanos, frase que el ex gobernante retomó para asumirse como el “rayito de esperanza”.
Tal cercanía de la Venezuela de Chávez en México con el PRD y sus principales candidatos, López Obrador y Marcelo Ebrard, no podría ser más evidente, ya no sólo tras la intervención del ex embajador Vladimir Villegas en un acto de conmemoración del asalto al cuartel Moncada el pasado 24 de julio, en el cierre del Festival Todo Cuba en Coyoacán, sino en la despedida que militantes del PRD dieron la noche del lunes al ex representante de ese país.
En Coyoacán, aquel domingo de julio, Ebrard dijo: “Que no se nos olvide, compañeras y compañeros. Si algún pueblo puede compartir el ideal de Bolívar es México y por eso tienen la recepción que tienen”, lo mismo que los petrodólares venezolanos con los cuales, seguramente, son pagados los alrededor de 300 espectaculares que Marcelo tiene en la ciudad de México.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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