Publicada en el diario Rumbo de México
Como resultado de las elecciones intermedias de 1991, el PRI presidido por Luis Donaldo Colosio tendría en sus manos la posibilidad de conformar, con algunos diputados de los llamados partidos satélite en la oposición, más de las dos terceras partes del Congreso de la Unión, para así poder plantear las reformas constitucionales que permitieran a Carlos Salinas de Gortari reelegirse.
En agosto de 1991 la Asociación de Comerciantes de La Laguna, AC, hizo publicar un desplegado periodístico donde solicitaron una “audiencia presidencial” para “plantear los fundamentos políticos, sociales, históricos y económicos” para modificar el artículo 83 de la Carta Magna que anula la reelección presidencial.
Alejandro Méndez Romandía, entonces presidente de la Acolac, dijo que eran apoyados en su pretensión por “elementos muy valiosos y muy conocedores del quehacer político”, cuyos nombres no quiso dar a conocer en ese momento.
En agosto de 1992 volvió la pretensión, pero Salinas debió dejar de lado el segundo intento legislativo.
Sin embargo, el proyecto salinista de reelección buscó por otro método.
Si Manuel González le regresó el poder a Porfirio Díaz en 1884 –y se fue a gobernar Guanajuato hasta su muerte nueve años después– y Plutarco Elías Calles se lo devolvió a Álvaro Obregón, por qué Luis Donaldo Colosio no se lo habría de retornar a Salinas en 2000.
Entonces, Salinas pensó que Colosio, al que formó, le iba a hacer todas las reformas requeridas para devolverle la estafeta uno o dos sexenios después.
La resistencia por esa vía presumiblemente se iba a doblegar porque el país era muy diferente a cuando lo tomó en 1988. La inflación bajó a un dígito, se liberaron los préstamos, todo se veía con otra perspectiva. El sector empresarial estaba fuerte y rico. Pero un sector importante del priísmo siempre rechazó la idea de la reelección.
En una encuesta publicada en 1992 por el Instituto Mexicano de Opinión Pública (IMOP), se estableció que entre los habitantes del país había la percepción de que un intento reeleccionista le podría costar la vida a Salinas.
Pero a Salinas no le sucedió lo que a Álvaro Obregón, porque simplemente Colosio no llegó a ocupar el lugar que tuvo Plutarco Elías Calles.
El llamado Jefe Máximo de la Revolución fue presionado por el verdadero artífice de los cambios, Álvaro Obregón, para realizar modificaciones a la Constitución de 1917, que le permitieran retornar a la presidencia en 1928.
A Salinas simplemente le cortaron el eslabón en aquella lucha intestina dentro del PRI en 1994.
Sin embargo, en 1995, con una clarividencia tal, el economista Carlos Heredia, entonces dirigente del Grupo Pueblo y, posteriormente, perredista, dijo lo siguiente: “La idea de él (Salinas de Gortari) era tener, junto con su grupo, participación en las decisiones del país en este sexenio y volver en el año 2000, con base en su poder financiero enorme, fundado en su asociación con el capital financiero. De momento, este proyecto salinista tiene un obstáculo (había sido detenido Raúl Salinas y Carlos había salido del país), pero no está liquidado, no está enterrado. Ha habido un arreglo con el gobierno actual y ese proyecto puede emerger de nuevo, en la disputa del poder”.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Como resultado de las elecciones intermedias de 1991, el PRI presidido por Luis Donaldo Colosio tendría en sus manos la posibilidad de conformar, con algunos diputados de los llamados partidos satélite en la oposición, más de las dos terceras partes del Congreso de la Unión, para así poder plantear las reformas constitucionales que permitieran a Carlos Salinas de Gortari reelegirse.
En agosto de 1991 la Asociación de Comerciantes de La Laguna, AC, hizo publicar un desplegado periodístico donde solicitaron una “audiencia presidencial” para “plantear los fundamentos políticos, sociales, históricos y económicos” para modificar el artículo 83 de la Carta Magna que anula la reelección presidencial.
Alejandro Méndez Romandía, entonces presidente de la Acolac, dijo que eran apoyados en su pretensión por “elementos muy valiosos y muy conocedores del quehacer político”, cuyos nombres no quiso dar a conocer en ese momento.
En agosto de 1992 volvió la pretensión, pero Salinas debió dejar de lado el segundo intento legislativo.
Sin embargo, el proyecto salinista de reelección buscó por otro método.
Si Manuel González le regresó el poder a Porfirio Díaz en 1884 –y se fue a gobernar Guanajuato hasta su muerte nueve años después– y Plutarco Elías Calles se lo devolvió a Álvaro Obregón, por qué Luis Donaldo Colosio no se lo habría de retornar a Salinas en 2000.
Entonces, Salinas pensó que Colosio, al que formó, le iba a hacer todas las reformas requeridas para devolverle la estafeta uno o dos sexenios después.
La resistencia por esa vía presumiblemente se iba a doblegar porque el país era muy diferente a cuando lo tomó en 1988. La inflación bajó a un dígito, se liberaron los préstamos, todo se veía con otra perspectiva. El sector empresarial estaba fuerte y rico. Pero un sector importante del priísmo siempre rechazó la idea de la reelección.
En una encuesta publicada en 1992 por el Instituto Mexicano de Opinión Pública (IMOP), se estableció que entre los habitantes del país había la percepción de que un intento reeleccionista le podría costar la vida a Salinas.
Pero a Salinas no le sucedió lo que a Álvaro Obregón, porque simplemente Colosio no llegó a ocupar el lugar que tuvo Plutarco Elías Calles.
El llamado Jefe Máximo de la Revolución fue presionado por el verdadero artífice de los cambios, Álvaro Obregón, para realizar modificaciones a la Constitución de 1917, que le permitieran retornar a la presidencia en 1928.
A Salinas simplemente le cortaron el eslabón en aquella lucha intestina dentro del PRI en 1994.
Sin embargo, en 1995, con una clarividencia tal, el economista Carlos Heredia, entonces dirigente del Grupo Pueblo y, posteriormente, perredista, dijo lo siguiente: “La idea de él (Salinas de Gortari) era tener, junto con su grupo, participación en las decisiones del país en este sexenio y volver en el año 2000, con base en su poder financiero enorme, fundado en su asociación con el capital financiero. De momento, este proyecto salinista tiene un obstáculo (había sido detenido Raúl Salinas y Carlos había salido del país), pero no está liquidado, no está enterrado. Ha habido un arreglo con el gobierno actual y ese proyecto puede emerger de nuevo, en la disputa del poder”.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario