Publicada en el diario Rumbo de México
Según una hipótesis de la PGR, grupos de narcomenudistas y no del Ejercito Popular Revolucionario (EPR) ordenaron ejecutar a los policías de la PFP en Tláhuac cuando, al verse descubiertos, los cabecillas del narcomenudeo que operaban en la demarcación, “aventaron” al pueblo por delante al acusar a los policías de secuestradores.
La Unidad Especializada en Investigación contra Terrorismo y Acopio de Armas (UEITA) afirma que los agentes Edgar Moreno Nolasco, Víctor Mireles Barrera y Cristóbal Bonilla Martín estaban tras la pista de policías judiciales y preventivos del DF que protegían a una familia de narcomenudistas.
La información dada a conocer la semana pasada en el diario La Crónica de hoy es reflejo de cómo las instancias de procuración de justicia realizan sus investigaciones de acuerdo con los tiempos políticos y protegen a los funcionarios en el poder, pero lejos de los intereses colectivos.
Porque con muchos menores recursos técnicos de investigación, económicos y oficiales que los del fiscal Jorge Serrano, este escribidor llegó a tal conclusión desde enero pasado mediante sus propias pesquisas, al describir una lucha de grupos funcionarios delegacionales y de la policía local, contra policías federales por usufructuar la zona.
Es decir, que sólo cuando logró obtener algún indicio desde dentro mismo de las autoridades encargadas de la investigaciónocho meses atrás, lo dio a conocer (http://www.lacritica.com.mx/index.php?option=content&task=view&id=867&Itemid=25) como lo transcribo enseguida:
“En los expedientes que, por el linchamiento de tres políticas federales en San Juan Ixtayopan, tiene en su poder la Procuraduría General de la República (PGR), hay claros indicios de los grupos de delincuentes –cuya línea de investigación llega a la jefatura delegacional– que protegen y fomentan el narcotráfico.
“Sin embargo, también existe otro renglón de investigación que señala hacia los mandos medios operativos de la Policía Federal Preventiva (PFP), como protectores de grupos de narcotraficantes en la zona que colinda entre las delegaciones Iztapalapa y Tláhuac.
“De esta hipótesis se presume que el grupo de investigadores linchados en la calle Educación Tecnológica de la colonia Peña Alta, lo que hacían, básicamente, era una labor de inteligencia con el fin de armar toda la investigación en contra de uno de los grupos del narcomenudeo en la zona, con el fin de entregarla a la Agencia Federal de Investigación (AFI).
“Este movimiento les permitiría limpiar la zona de manera momentánea, para que sus protegidos tendieran sus redes en la parte alta de Tláhuac.
“De acuerdo con varios informantes, existen investigaciones en torno a la protección del narcotráfico por parte de algunos funcionarios y ex funcionarios de la demarcación, donde a Edy Ortiz Piña y Rigoberto Salgado (principales operadores del ex jefe delegacional Francisco Martínez Rojo) se les ubica como los más importantes protectores de por lo menos dos grupos.
“Es pues una apreciación lógica que al sentirse investigados, estos grupos de narcomenudistas se protegieran, lanzando a la población civil o ellos mismos como parte de esa población civil, en contra de sus enemigos aquel día de noviembre.
“Es de toda lógica también suponer los motivos por los que no actuó la Secretaría de Protección y Vialidad, y en su caso particular el sector Tláhuac, que dependía en aquellos momentos del director de Seguridad Pública delegacional, Rigoberto Salgado.
“Sin embargo, PGR y la PFP asociaron la presunta “investigación” con la guerrilla y el terrorismo, en la misma línea discursiva que les pudiera sacar de enredos posteriores, y desviar la atención para que no se conociera la verdad sobre los hechos que en realidad investigaban los fallecidos Víctor Mireles, Cristóbal Bonilla y el lesionado Edgar Moreno Nolasco.
“Ante lo que estamos, entonces, es el panorama que se da aquí como en toda la República: una lucha entre organismos policiales por el control del narcotráfico”.
Y es esto último lo que el fiscal Jorge Serrano debe dar a conocer: ¿A qué grupos protegían los policías linchados y a qué los funcionarios y policías de la delegación?
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