Publicada en el diario Rumbo de México
Aguascalientes.- Miguel Andrés Barberena Cruz es hasta hoy miembro del Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes, pero podría dejar de serlo en las siguientes semanas o meses gracias al error que cometen la mayoría de los políticos: ocupar un cargo y utilizarlo para beneficio propio.
Y hablo de error porque Miguel Andrés fue hijo de Miguel Ángel Barberena Vega, quien gobernó al estado entre 1986 y 1992, y a decir de muchos, el último que trajo progreso a la entidad.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y postgraduado con Maestría por la Universidad de Salamanca, España, realizó diversos cursos y fue asesor de la Embajada de México ante el Vaticano; catedrático de Teoría Política y de Sociología del Derecho en dos diferentes universidades locales; fue también presidente del Consejo Ejecutivo de la Fundación Miguel Ángel Barberena Vega, A.C., y director del Centro de Estudios Jurídicos de Aguascalientes, S.C.
Y desde 1997 fue observador electoral en comicios estatales y federales, activismo que le valió ser considerado como consejero electoral de su estado.
Sin embargo, sucumbió ante la posibilidad de beneficiarse a él mismo a través de sus empresas y ayer el diputado local del PRD, Abel Sánchez Garibay dio a conocer que Barberena Ruiz entregó a la empresa Cobarca de su propiedad, contratos sin licitar para la realización de impresos por una cantidad, hasta ahora encontrada, de 188 mil pesos.
De la misma forma, dio otros contratos a nombre de Joaquín Castro ibarra, quien curiosamente es socio de la empresa Cobarca antes mencionada.
Quizá la cantidad encontrada hasta el momento no se compare con otros irregularidades. El problema es que quienes más debieran proteger la imagen de las instituciones electorales para darle confianza a la ciudadanía de que al menos en ellas no existe abuso de poder, corrupción y tráfico de influencias, son los primeros en golpear a estos órganos y con ello dar un portazo a la fe de los ciudadanos.
El caso de Barberena Ruiz se une a los de María Luisa Farrera Paniagua y otros miembros del Instituto Electoral del Estado de México, entidad a la que ayer mismo renunciaron algunos funcionarios involucrados en casos de corrupción.
Como se recordará, en mayo pasado y a dos meses de las elecciones por la gubernatura estatal, se conoció del presunto soborno de la empresa Cartonera Plástica a dos consejeros y dos funcionarios, y el ofrecimiento millonario del entonces presidente del IEEM, José Juan Gómez Urbina, "en tono de broma", a sus compañeros Isael Montoya Arce y Bernardo García Cisneros, para que apoyaran su propuesta de que fuera la compañía Formas Finas la que elaborara el material.
En este caso fueron involucrados los integrantes de la Comisión de Adquisiciones, Sergio Gamiño, Alejandro Neira y el Contralor Interno, David Medina.
Debemos recordar que estos funcionarios, junto con el secretario ejecutivo Emmanuel Villicaña, también dieron su visto bueno para el pago de bonos de salida a cinco ex consejeros por 3.7 millones de pesos.
Flaco favor le hacen a la democracia personajes como los arriba citados, sean hijos de ex gobernadores o muchos de ellos simples arribistas, que se dicen apartidistas y juraron cumplir y hacer cumplir las normas electorales, pero aprovecharon el cargo para hacerse ricos de un jalón.
Por lo pronto, en este bella ciudad de Aguascalientes, ayer el diputado perredista Abel Sánchez Garibay expresó que irá con todo en sus denuncias en el Congreso local contra Barberena Ruiz, con el fin de que sea sometido a un juicio político, además de ser inhabilitado y de ser posible, denunciado penalmente.
Plumazos
Esta columna se une a la pena que embarga a las familias de los nueve fallecidos en el accidente del helicóptero donde viajaba el secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta. Y que la investigación de los hechos no deje un ápice para la duda.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario