Admiradora del político y estadista francés Joseph Fouché, Duque de Otranto, Elba Esther Gordillo siempre tiene una jugada bajo la manga que hace impredecible y sorpresiva su forma de hacer política, aunque sus movimientos tiendan hacia objetivos específicos.
Del político francés que ejerció su poder durante la Revolución Francesa y el imperio napoleónico, se dice que actuaba por detrás de la escena pública, que movía los hilos de la política con movimientos silenciosos, imperceptibles e inapreciables a simple vista.
Era una especie de mano que mueve la cuna.
De él se dice que apoyó con singular tesón el estallido de la Revolución Francesa el 14 de julio de 1789; esto le permitió convertirse en un miembro de la Asamblea Nacional, adherido primero a los girondinos, grupo que formaba la mayoría en aquel cuerpo colegiado. Pero cuando el partido girondino fue perdiendo su hegemonía sobre el resto de los participantes políticos, principalmente a partir de la entrada de Robespierre en la convención, Fouché cambió de ideas y de actuar y fue desplazando sus preferencias hacia el lado más radical jacobino.
Aún hoy se le critica haber pasado de ser un monárquico moderado a uno de los jacobinos más radicales, convirtiéndose de esta forma en miembro del Comité de Instrucción Pública y en uno de los que más defendió y votó la ejecución del monarca Luis XVI.
Participante convencido en las campañas represivas en la provincia francesa, participó en el golpe de Estado que terminó con la dictadura de Robespierre, pero fue encarcelado con la llegada del Directorio.
Su habilidad política le permitió ser amnistiado y convertirse en agente diplomático del gobierno hasta llegar a ser nombrado Ministro de la Policía, desde donde colaboró para convertir a Napoleón Bonaparte en gobernador mediante un golpe de Estado.
A partir de allí fue parte importante en la caída de Napoleón, del retorno de los Borbones al poder y la restauración de la monarquía, hasta que falleció en el exilio en Trieste, Italia.
Bueno, este recuerdo del político francés viene a colación de que Gordillo es, sin duda, admiradora de él, al grado de que ha dado varios cursos sobre su obra, pero sobre todo, alrededor de su maestría para la operación política detrás del poder, al que, sin duda, llegó a manipular.
Y tiene que ver con la dirigente del magisterio porque Gordillo dio a conocer hace algunos días que a pesar de continuar en el PRI, no apoya la candidatura de Roberto Madrazo pero sí la de Roberto Campa, el candidato del partido que ella dirige a control remoto.
Pero no sólo eso, sino que muy claramente dijo que le gustaría ser amiga de Andrés Manuel López Obrador, a quien de acuerdo con algunas crónicas y notas periodísticas, describió como "un hombre que merece mis respetos, como político y por la gente que cree en él".
Luego de esto, creo que bien vale recordar a Fouché.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Del político francés que ejerció su poder durante la Revolución Francesa y el imperio napoleónico, se dice que actuaba por detrás de la escena pública, que movía los hilos de la política con movimientos silenciosos, imperceptibles e inapreciables a simple vista.
Era una especie de mano que mueve la cuna.
De él se dice que apoyó con singular tesón el estallido de la Revolución Francesa el 14 de julio de 1789; esto le permitió convertirse en un miembro de la Asamblea Nacional, adherido primero a los girondinos, grupo que formaba la mayoría en aquel cuerpo colegiado. Pero cuando el partido girondino fue perdiendo su hegemonía sobre el resto de los participantes políticos, principalmente a partir de la entrada de Robespierre en la convención, Fouché cambió de ideas y de actuar y fue desplazando sus preferencias hacia el lado más radical jacobino.
Aún hoy se le critica haber pasado de ser un monárquico moderado a uno de los jacobinos más radicales, convirtiéndose de esta forma en miembro del Comité de Instrucción Pública y en uno de los que más defendió y votó la ejecución del monarca Luis XVI.
Participante convencido en las campañas represivas en la provincia francesa, participó en el golpe de Estado que terminó con la dictadura de Robespierre, pero fue encarcelado con la llegada del Directorio.
Su habilidad política le permitió ser amnistiado y convertirse en agente diplomático del gobierno hasta llegar a ser nombrado Ministro de la Policía, desde donde colaboró para convertir a Napoleón Bonaparte en gobernador mediante un golpe de Estado.
A partir de allí fue parte importante en la caída de Napoleón, del retorno de los Borbones al poder y la restauración de la monarquía, hasta que falleció en el exilio en Trieste, Italia.
Bueno, este recuerdo del político francés viene a colación de que Gordillo es, sin duda, admiradora de él, al grado de que ha dado varios cursos sobre su obra, pero sobre todo, alrededor de su maestría para la operación política detrás del poder, al que, sin duda, llegó a manipular.
Y tiene que ver con la dirigente del magisterio porque Gordillo dio a conocer hace algunos días que a pesar de continuar en el PRI, no apoya la candidatura de Roberto Madrazo pero sí la de Roberto Campa, el candidato del partido que ella dirige a control remoto.
Pero no sólo eso, sino que muy claramente dijo que le gustaría ser amiga de Andrés Manuel López Obrador, a quien de acuerdo con algunas crónicas y notas periodísticas, describió como "un hombre que merece mis respetos, como político y por la gente que cree en él".
Luego de esto, creo que bien vale recordar a Fouché.
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