Publicado en el diario Rumbo de México
El Partido Revolucionario Institucional en su conjunto ha sacado a relucir el largo colmillo que aún tiene, para bajar la presión con el caso del “gober precioso”, y ha dispuesto una estrategia en la cual pareciera que han dejado “morir solo” a Mario Marín Torres.
"Nosotros no vamos a detener las cosas, nosotros no vamos a prejuzgar sobre la viabilidad, procedencia o no del juicio contra Marín", dijo ayer Emilio Chuayffet. Recordó que todos los priistas apoyaron que el caso de Marín fuera investigado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y apuntó que las pruebas de la intervención telefónica deberán ser elementos que se valoren en su momento para un juicio político.
Ayer también, en medio de la mascarada que pretenden hacer creer a la sociedad en general, los legisladores del estado de Puebla solicitaron a Chuauyffet que hiciera un extrañamiento a Pedro Ávila Nevarez, diputado que el martes subió a la tribuna para hablar “fuerte” en contra de Mario Marín.
El legislador duranguense dijo el martes: "Qué tristeza da ver que una persona de nuestro partido, el Partido Revolucionario Institucional, el señor ése, que no debe llamarse señor porque es un depravado y un degenerado, Marín, ha hecho, ha hecho toda una confusión y una –podría decir yo- una ofuscación de todos los verdaderos priistas de México, de aquellos que admiramos a López Mateos, de aquellos que admiramos a Lázaro Cárdenas, de aquellos que admiramos la labor que nuestro partido ha hecho durante 70 años".
Y para más abundamiento, agregó: "Los verdaderos priístas, los que en realidad sentimos en carne propia este problema porque se trata de nuestra niñez a la que se le está pervirtiendo y anulando su vida, pedimos justicia, que se haga justicia y que caiga ese sátrapa del poder porque no puede un degenerado estar gobernando un estado tan heroico como el estado de Puebla".
Para el grueso de los mexicanos parecería un verdadero deslinde del PRI o de algunos priístas con el gobernador de Puebla. Sin embargo, quien conoce el proceso de los trabajos en el Congreso de la Unión, sabe que no cualquier diputado sube a tribuna “por la libre” para decir toda una serie de cuestionamientos e, incluso, insultos contra un correligionario. Por el contrario, cada vez que alguno de los diputados quiere subir fuera de la línea marcada, “debe” solicitar permiso a su coordinador parlamentario, en este caso Chuayffet, y expresar el sentido de su intervención.
Es decir, los priístas han “permitido” que el caso se turne a la Suprema Corte de Justicia con el fin de ganar tiempo, ya que este órgano jurisdiccional no tiene facultad de investigación y por lo mismo no va a ir más allá de dar alguna postura jurídica y declararse incompetente para ir más a fondo.
Entonces tendría que pasar a la Cámara de Diputados para, entonces sí, realizar una investigación que permita determinar si hay condiciones jurídicas para hacer el juicio político.
A la vez, se viene otro inconveniente. Que el 15 de abril se cierra el actual periodo ordinario de sesiones, lapso que se “comerá” el proceso anteriormente descrito.
De tal forma que el caso Marín no se resolverá antes del 2 de julio.
Por lo tanto, al PRI lo que le urge es que la SCJN les diga que atrae el caso, aunque sea momentáneamente para dar una postura jurídica, y luego trasladarlo a la Cámara de Diputados, para que ahí duerma el “sueño de los justos” en comisiones, por lo menos hasta que pasen las elecciones federales.
Es decir, la buena voluntad exhibida por el PRI es un asunto táctico de urgencia porque una vez que se inicie el juicio, el caso del “gober precioso” dejará de ser noticia y lo que los priístas buscan es precisamente que se calme la noticia hasta después de las elecciones.
Por esto mismo Enrique Jackson ayer atizó el fuego con los casos Arturo Montiel y Mario Marín: "Claro que nos han hecho daño, claro que han influido en el ánimo de los electores, pues nadie puede ver con simpatía este tipo de situaciones, que son vergonzosas".
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
El Partido Revolucionario Institucional en su conjunto ha sacado a relucir el largo colmillo que aún tiene, para bajar la presión con el caso del “gober precioso”, y ha dispuesto una estrategia en la cual pareciera que han dejado “morir solo” a Mario Marín Torres.
"Nosotros no vamos a detener las cosas, nosotros no vamos a prejuzgar sobre la viabilidad, procedencia o no del juicio contra Marín", dijo ayer Emilio Chuayffet. Recordó que todos los priistas apoyaron que el caso de Marín fuera investigado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y apuntó que las pruebas de la intervención telefónica deberán ser elementos que se valoren en su momento para un juicio político.
Ayer también, en medio de la mascarada que pretenden hacer creer a la sociedad en general, los legisladores del estado de Puebla solicitaron a Chuauyffet que hiciera un extrañamiento a Pedro Ávila Nevarez, diputado que el martes subió a la tribuna para hablar “fuerte” en contra de Mario Marín.
El legislador duranguense dijo el martes: "Qué tristeza da ver que una persona de nuestro partido, el Partido Revolucionario Institucional, el señor ése, que no debe llamarse señor porque es un depravado y un degenerado, Marín, ha hecho, ha hecho toda una confusión y una –podría decir yo- una ofuscación de todos los verdaderos priistas de México, de aquellos que admiramos a López Mateos, de aquellos que admiramos a Lázaro Cárdenas, de aquellos que admiramos la labor que nuestro partido ha hecho durante 70 años".
Y para más abundamiento, agregó: "Los verdaderos priístas, los que en realidad sentimos en carne propia este problema porque se trata de nuestra niñez a la que se le está pervirtiendo y anulando su vida, pedimos justicia, que se haga justicia y que caiga ese sátrapa del poder porque no puede un degenerado estar gobernando un estado tan heroico como el estado de Puebla".
Para el grueso de los mexicanos parecería un verdadero deslinde del PRI o de algunos priístas con el gobernador de Puebla. Sin embargo, quien conoce el proceso de los trabajos en el Congreso de la Unión, sabe que no cualquier diputado sube a tribuna “por la libre” para decir toda una serie de cuestionamientos e, incluso, insultos contra un correligionario. Por el contrario, cada vez que alguno de los diputados quiere subir fuera de la línea marcada, “debe” solicitar permiso a su coordinador parlamentario, en este caso Chuayffet, y expresar el sentido de su intervención.
Es decir, los priístas han “permitido” que el caso se turne a la Suprema Corte de Justicia con el fin de ganar tiempo, ya que este órgano jurisdiccional no tiene facultad de investigación y por lo mismo no va a ir más allá de dar alguna postura jurídica y declararse incompetente para ir más a fondo.
Entonces tendría que pasar a la Cámara de Diputados para, entonces sí, realizar una investigación que permita determinar si hay condiciones jurídicas para hacer el juicio político.
A la vez, se viene otro inconveniente. Que el 15 de abril se cierra el actual periodo ordinario de sesiones, lapso que se “comerá” el proceso anteriormente descrito.
De tal forma que el caso Marín no se resolverá antes del 2 de julio.
Por lo tanto, al PRI lo que le urge es que la SCJN les diga que atrae el caso, aunque sea momentáneamente para dar una postura jurídica, y luego trasladarlo a la Cámara de Diputados, para que ahí duerma el “sueño de los justos” en comisiones, por lo menos hasta que pasen las elecciones federales.
Es decir, la buena voluntad exhibida por el PRI es un asunto táctico de urgencia porque una vez que se inicie el juicio, el caso del “gober precioso” dejará de ser noticia y lo que los priístas buscan es precisamente que se calme la noticia hasta después de las elecciones.
Por esto mismo Enrique Jackson ayer atizó el fuego con los casos Arturo Montiel y Mario Marín: "Claro que nos han hecho daño, claro que han influido en el ánimo de los electores, pues nadie puede ver con simpatía este tipo de situaciones, que son vergonzosas".
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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