Publicada en el diario Rumbo de México
Ahora que Andrés Manuel López Obrador se calificó como “fundamentalmente cristiano” y que se destapó como un apasionado "de la vida y obra" de Jesucristo, el que, como él mismo, "fue perseguido en su tiempo, espiado por los poderosos de su época" y finalmente "crucificado”, ha logrado confundir a gran parte de la opinión pública y a muchos opinadores entre los que me encuentro.
Dijo también que es católico, cuando la gran mayoría de los textos escritos alrededor suyo lo sitúan dentro del cristianismo evangélico y otros como agnóstico.
Pero, sobre todo, crea confusión cuando adelanta que al menos dos hombres que estarán en su gabinete si sale vencedor dentro de 123 días, son plenamente identificados con los dos últimos presidentes priístas.
López Obrador dijo en el noticiario de Joaquín López Dóriga que tiene pensado habilitar como encargado de la política exterior de nuestro país nada más y nada menos que al filósofo y diplomático José María Pérez Gay.
Y que para hacerse cargo de la política interna de México ha pensado en Juan Ramón de la Fuente, al actual rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien hace poco más de seis años logró desactivar el paro estudiantil con la intervención de la Policía Federal Preventiva.
En este espacio se adelantó hace algunos meses el asunto de Juan Ramón de la Fuente, así como el de algunos otros probables integrantes del gabinete lopezobradorista, pero nunca la posibilidad de Pérez Gay.
El motivo es que de acuerdo a como se dieron las cosas en los meses anteriores, la apuesta era que Ernesto Zedillo y su equipo no sólo protegerían, sino que ayudarían técnica y económicamente la campaña de López Obrador, porque un triunfo de este tabasqueño era la única forma en que los priístas cercanos a Carlos Salinas no retornen al poder y cobren a Zedillo las afrentas contra quien le dejó el poder.
Y en la misma tesitura estaría obrando Vicente Fox, quien logró un acuerdo con Zedillo para llegar a la Presidencia y no investigarlo. Algo parecido parece suceder, al grado que López Obrador no se ha pronunciado sobre los negocios de los hermanos Bribiesca Sahagún.
Pero la llegada de Pérez Gay como probable canciller no hace sino poner al famoso grupo Nexos en la puerta de entrada del, también probable, gobierno de López Obrador.
Para nadie es un secreto que este grupo se lanzó a participar muy de cerca en política desde la mitad del sexenio de Miguel de la Madrid y se convirtieron en los impulsores de la candidatura de Carlos Salinas de Gortari, a cuyo gobierno prácticamente se adhirieron hasta ser conocidos como el grupo (A) Nexos.
De tal forma que hoy ya no se sabe con quién va a jugar López Obrador, si con Zedillo o con Salinas, aunque al parecer los grupos de poder están por encima de ambos y a los dos, y sus estructuras, los han puesto a las órdenes del tabasqueño.
Y por cierto, lo que no se nos puede pasar es la aparición en abril del libro del estadounidense George Grayson, catedrático de la Universidad William and Mary (Virginia, EEUU) y uno de los mexicanólogos más prestigiados, sobre el político tabasqueño titulado "El Mesías", apodo que por lo que vimos, se lo cree, y en serio.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Ahora que Andrés Manuel López Obrador se calificó como “fundamentalmente cristiano” y que se destapó como un apasionado "de la vida y obra" de Jesucristo, el que, como él mismo, "fue perseguido en su tiempo, espiado por los poderosos de su época" y finalmente "crucificado”, ha logrado confundir a gran parte de la opinión pública y a muchos opinadores entre los que me encuentro.
Dijo también que es católico, cuando la gran mayoría de los textos escritos alrededor suyo lo sitúan dentro del cristianismo evangélico y otros como agnóstico.
Pero, sobre todo, crea confusión cuando adelanta que al menos dos hombres que estarán en su gabinete si sale vencedor dentro de 123 días, son plenamente identificados con los dos últimos presidentes priístas.
López Obrador dijo en el noticiario de Joaquín López Dóriga que tiene pensado habilitar como encargado de la política exterior de nuestro país nada más y nada menos que al filósofo y diplomático José María Pérez Gay.
Y que para hacerse cargo de la política interna de México ha pensado en Juan Ramón de la Fuente, al actual rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien hace poco más de seis años logró desactivar el paro estudiantil con la intervención de la Policía Federal Preventiva.
En este espacio se adelantó hace algunos meses el asunto de Juan Ramón de la Fuente, así como el de algunos otros probables integrantes del gabinete lopezobradorista, pero nunca la posibilidad de Pérez Gay.
El motivo es que de acuerdo a como se dieron las cosas en los meses anteriores, la apuesta era que Ernesto Zedillo y su equipo no sólo protegerían, sino que ayudarían técnica y económicamente la campaña de López Obrador, porque un triunfo de este tabasqueño era la única forma en que los priístas cercanos a Carlos Salinas no retornen al poder y cobren a Zedillo las afrentas contra quien le dejó el poder.
Y en la misma tesitura estaría obrando Vicente Fox, quien logró un acuerdo con Zedillo para llegar a la Presidencia y no investigarlo. Algo parecido parece suceder, al grado que López Obrador no se ha pronunciado sobre los negocios de los hermanos Bribiesca Sahagún.
Pero la llegada de Pérez Gay como probable canciller no hace sino poner al famoso grupo Nexos en la puerta de entrada del, también probable, gobierno de López Obrador.
Para nadie es un secreto que este grupo se lanzó a participar muy de cerca en política desde la mitad del sexenio de Miguel de la Madrid y se convirtieron en los impulsores de la candidatura de Carlos Salinas de Gortari, a cuyo gobierno prácticamente se adhirieron hasta ser conocidos como el grupo (A) Nexos.
De tal forma que hoy ya no se sabe con quién va a jugar López Obrador, si con Zedillo o con Salinas, aunque al parecer los grupos de poder están por encima de ambos y a los dos, y sus estructuras, los han puesto a las órdenes del tabasqueño.
Y por cierto, lo que no se nos puede pasar es la aparición en abril del libro del estadounidense George Grayson, catedrático de la Universidad William and Mary (Virginia, EEUU) y uno de los mexicanólogos más prestigiados, sobre el político tabasqueño titulado "El Mesías", apodo que por lo que vimos, se lo cree, y en serio.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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