miércoles, octubre 19, 2005

La gripe del pollo y nuestros “funcionarios”

Publicada en el diario Rumbo de México

La semana pasada como ahora llamó la atención que cuando los países más poderosos y con extremas medidas de sanidad se mantienen no sólo en alerta, sino interesados en encontrar una rápida cura contra la propagación de una epidemia de la gripe aviar o gripe de pollo, en México, como siempre, nuestros gobernantes desestiman cualquier peligro.
Por ejemplo, el pasado día 6 el Gobierno de George W. Bush informó que está cada vez más preocupado por la amenaza potencial de una posible pandemia en Estados Unidos de la variante humana de la gripe aviar, según el corresponsal en Washington del diario Reforma, por lo que la Casa Blanca presiona a la industria farmacéutica para que acelere el desarrollo de una vacuna contra la enfermedad y la produzca en masa.
Tres días después, mediante un comunicado la Secretaría de Agricultura informó que México está libre del virus; y ayer el director general de Salud Animal del Servicio Nacional de Sanidad Inocuidad y Calidad Agroalimentaria de la SAGAR, José Ángel del Valle Molina, dijo que entre las medidas está la prohibición de importaciones de pollo de tipo comercial, turístico y de ornato de los países que tiene vínculos con la gripe aviar, como son del sureste asiático: Vietnam, Camboya, China, etc., y de Europa: Turquía, Rumania y Grecia.
Sin embargo, el funcionario olvidó que la epidemia también se puede propagar por la migración de las aves salvajes —que en México hay en fuertes cantidades—, como lo ha manifestado el español David Nabarro, quien dirige la lucha contra la gripe aviar para la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde diciembre de 2003.
Todavía ayer, cuando el director general de este organismo mundial, Lee Jong-Wook, aseguró: "Habrá una pandemia. Sólo falta por desarrollarse una condición, que el virus mute y se propague rápidamente persona a persona", el secretario de Salud, Julio Frenk Mora, dijo que México está a la altura de los países más desarrollados para enfrentar un escenario como ese.
Mal hacen los funcionarios mexicanos en minimizar los riesgos, porque al documentar el asunto, encontré un texto de la revista Reseña Estratégica que en México coordina Marivilia Carrasco, con datos verdaderamente alarmantes.
En entrevista concedida el 30 de septiembre a la BBC, el doctor Nabarro, afirmó que la pandemia de la enfermedad podría causar hasta 150 millones de muertes, lo cual provocó que lo llamaran alarmista.
En entrevista a The Guardian (30/09), el doctor Neil Ferguson, profesor de biología matemática del Colegio Imperial de Londres, estimó el número potencial de víctimas en unos 200 millones.
Pero, aún más pesimista se manifestó el doctor Michael Osterholm, director del Centro de Investigaciones y Programas sobre Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesotta, una de las principales autoridades en el tema, quien coloca la cifra de víctimas entre los 180 y los 360 millones de personas.
La última epidemia de alcance mundial con mayores consecuencias fue la de la "gripe española", causante de más de 50 millones de muertes en 1918 y 1919.
El sida, por ejemplo, provocó 28 millones de muertos en todo el mundo desde su aparición a principios de los años ochenta.
Aunque en la actualidad el virus denominado H5N1 sólo se trasmite de las aves al hombre, el gran temor según Nabarro, es la posibilidad de que el virus sufra una mutación que haga que se transmita también entre seres humanos y esto produzca una pandemia.
Los investigadores afirman que el caso no es un asunto de seguridad nacional para los países, sino de seguridad mundial porque en una economía globalizada, “nadie se puede aislar verdaderamente de una pandemia” ya que, de acuerdo con el doctor Osterholm, “si el resto del mundo no fuese abastecido, aun los países vacunados serán devastados cuando la economía global sufra una interrupción abrupta”.
El propio Osterholm afirma que es necesario elaborar un plan a escala mundial integrado para hacer frente a una pandemia con una duración probable de uno a tres años.
Sin embargo, en México, como siempre, la posición de nuestros “funcionarios” es, como se dice comúnmente, “campechana”, y reaccionarán como sucede siempre ante los desastres naturales, “después del niño ahogado”.

renatoconsuegra@yahoo.com.mx

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