Publicada en el diario Rumbo de México
Cuando de ganar el poder se trata, se olvidan la congruencia y las denuncias del pasado. Hoy que el viejo PRI se reeditó en el nuevo PRD —este nuevo perredé es el perredé priísta—, hasta el izquierdista Alejandro Encinas se ha quedado callado porque quedó claro que es parte de esta nueva corriente al interior del partido fundado por Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Heberto Castillo, Ifigenia Martínez, por él mismo y otros muchos luchadores más de la izquierda como Arnoldo Martínez Verdugo.
El lunes Lorena Villavicencio y otros diputados que pertenecen a la corriente Nueva Izquierda pusieron a la vista del Jefe de Gobierno capitalino, pero también del presidente nacional del PRD, Leonel Cota Montaño, una serie de documentos que claramente indican la cargada desde el gobierno de la ciudad a favor de Marcelo Ebrard Casaubón, para la elección de este domingo en la que se definirá al candidato del PRD a la Jefatura de Gobierno entre el cuestionado pupilo de Manuel Camacho Solís y uno de los dirigentes perredistas que viene de las luchas de la izquierda de los años 70’s, Jesús Ortega.
En aquella mesa estuvieron, además del Jefe de Gobierno y del Presidente Nacional del PRD, los dos candidatos: Ortega y Ebrard.
En este reunión los diputados del PRD original pusieron en duda el proceder institucional de secretarios del Gobierno de la ciudad como el de Seguridad Pública, Joel Ortega; la de Desarrollo Económico, Jenny Sealtiel Cohen; la de Desarrollo Social, Martha Pérez Bejarano; y el de Transportes y Vialidad, Francisco Garduño Yánez, entre otros.
De Joel Ortega y Jenny Sealtiel era de esperarse el apoyo a Marcelo Ebrard. Son cuadros formados por la dirigencia de Manuel Camacho Solís y el propio Marcelo. De Francisco Garduño, nada le interesa más que el poder. Pero no de Martha Pérez Bejarano, quien viene de las organizaciones no gubernamentales como Alianza Cívica, y que siempre peleó desde la trinchera de la sociedad civil en contra de ese PRI corporativo al que ahora cobija dentro del PRD.
Otros que fueron descobijados en esta serie de notas que conforman el informe —en poder de este espacio— son los Jefes Delegacionales de ascendencia bejaranista como Virginia Jaramillo Flores, de la Cuauhtémoc; el inefable Miguel Bortolini Castillo de Coyoacán; el grisáceo Ignacio Ruiz López de Cuajimalpa; la desorientada Leticia Robles Colín de Álvaro Obregón; el extraviado políticamente, Faustino Soto Ramos de Xochimilco; el afortunado Eliseo Moyao Morales de Tlalpan; la anodina Laura Velázquez Alzúa de Azcapotzalco; y para terminar, la conversa Patricia Ruiz Anchondo, quien llegó a Gustavo A. Madero para tapar todas las transas del grupo camachista en aquella zona, luego de haber pertenecido a las corrientes más radicales de la izquierda capitalina.
Cada uno de estos personajes operó los días previos y todavía ayer para llevar al cierre de campaña de Marcelo Ebrard en el Monumento a la Revolución a cientos de ciudadanos que previsiblemente van a votar por Ebrard este domingo.
Lo hicieron con los choferes de los microbuses, de los taxis piratas, de los vendedores ambulantes, de los solicitantes de vivienda, etc.
Pero lo más grave es que gran parte del trabajo se realizó desde la Dirección General de Participación Ciudadana, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social, donde despacha Eduardo Cervantes.
En uno de los informes interceptados a esta dirección general se afirma que lograron completar “la cobertura a nivel de distintas delegaciones de la Ciudad. Esta estructura hizo más sencillo el acercamiento y vinculación de los organismos civiles con los promotores delegacionales y zonales”.
Está claro lo que hace algunos días manifestó públicamente Andrés Manuel López Obrador: Su gallo es Ebrard y para operarle la elección tiene a Encinas.
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