Publicada en el Diario Rumbo de México
El equipo de Jesús Ortega traía ayer un documento que es toda una joya para dar cuenta fiel de la utilización de recursos del gobierno de la ciudad a favor de la precandidatura de Marcelo Ebrard Casaubón.
Resulta que en su diario reporte de actividades, el pasado 30 de octubre los trabajadores Rubén Tovar, Marisa Macedo y Carolina González relataron a su superior, Arturo Octavio Buendía, que en esa fecha realizaron un reparto de volantes casa por casa por la colonia Espartaco, en el sur de la ciudad, llamando a votar por Marcelo Ebrard Casaubón.
En mi colaboración de ayer dimos cuenta que los coordinadores delegacionales de la campaña de Jesús Ortega lograron obtener indicios de que secretarios del Gobierno de la ciudad como el de Seguridad Pública, Joel Ortega; la de Desarrollo Económico, Jenny Sealtiel Cohen; la de Desarrollo Social, Martha Pérez Bejarano; la de Ecología y Medio Ambiente, Claudia Sheimbaun, y el de Transportes y Vialidad, Francisco Garduño Yánez, entre otros, volcaron a sus trabajadores y los grupos que controlan desde su encargo, a favor de Ebrard.
Lo mismo que los Jefes Delegacionales Virginia Jaramillo Flores, de la Cuauhtémoc ; Miguel Bortolini Castillo, de Coyoacán; Ignacio Ruiz López de Cuajimalpa; Leticia Robles Colín, de Álvaro Obregón; Faustino Soto Ramos, de Xochimilco; Eliseo Moyao Morales, de Tlalpan; Laura Velázquez Alzúa, de Azcapotzalco; y Patricia Ruiz Anchondo, de Gustavo A. Madero.
Pero, afirmábamos, lo más grave es la intervención de la Dirección General de Participación Ciudadana, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social donde despacha Eduardo Cervantes, desde donde se puso en operación a mil 200 trabajadores que, en lugar de ser organizadores para encauzar los apoyos gubernamentales hacia las más de 600 asambleas ciudadanas, se convirtieron en simples promotores del voto a favor del delfín de Andrés Manuel López Obrador.
La información fue corroborada por Jesús Ortega ayer en el restaurante Miró, donde convergieron varios perredistas. Por ahí estuvieron, además del candidato de Nueva Izquierda, Leonel Cota Montaño, el bejaranista ex presidente del PRD en el Distrito Federal, Agustín Guerrero; además de Pedro Peñaloza, Juan Guerra y otros.
Sin embargo, fuimos enterados ayer de un asunto más preocupante. Que incluso desde las propias oficinas del Jefe de Gobierno, Alejandro Encinas, han descubierto la operación a favor de Ebrard, entre otros del asesor Javier Haro de Alba, quien trabajó bajo las órdenes de Ebrard en la Secretaría de Seguridad Pública.
Lo que vemos en el PRD del Distrito Federal, como en los otros partidos, no es una lucha política donde los cuadros dirigentes y líderes de los institutos políticos procuren generar acuerdos que permitan el avance tanto del colectivo como de los ciudadanos.
Por el contrario, de lo que se trata es de hacer uso del poder —en el nivel que se tenga— para aniquilar al contendiente. Y en el caso del GDF, Encinas tuvo reportes de las irregularidades de forma sistemática, pero como si no los hubiera tenido.
Plumazos
Alejandro Encinas no se quiso meter a una guerra que podría repercutir en contra de su jefe López Obrador, y decidió cerrar la investigación en torno a una subvaluación y de una evasión fiscal por los bienes que compró recientemente el candidato del PRI, Roberto Madrazo Pintado.
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