Publicado en el diario Rumbo de México
Dicen los que de esto saben, que las cosas en la política nunca ocurren de manera circunstancial. Por el contrario, suceden porque siempre existe quién las manipula en torno a la lógica del poder.
¿Han escuchado aquello de la mano que mueve la cuna?
Porque, les cuento, el 19 de septiembre pasado escribí en este espacio que María Elena Juárez Allende era tan solo una ama de casa, hasta que la cercanía de su esposo Javier Beristáin Iturbide con Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard Casaubón, la motivó a entrar al mundo del altruismo con el fin de captar recursos de los empresarios e instituciones que necesitan lavarse la cara y la de sus finanzas.
Fue entonces que primeramente se convirtió en presidenta del Instituto Pedagógico para Problemas del Lenguaje, A. C., y fue también una de las fundadoras de la Asociación Mexicana de Instituciones de Asistencia Privada (AMIAP), a principios de los años noventa.
Fue consejera de la Junta de Asistencia Privada, pero en febrero del año pasado renunció para ser candidata a la Presidencia de la Junta, cargo al que fue designada por el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
El nombramiento de María Elena Juárez de Beristáin sobrevino precisamente unos días después de la llegada de Marcelo Ebrard como secretario de Desarrollo Social, lo cual dio cuenta de lo fuerte que es la alianza de Camacho Solís y Andrés Manuel López Obrador, al grado que prácticamente reventaron a quien desarrolló el programa de posicionamiento del jefe de Gobierno, Raquel Sosa.
Pero, ahora, ¿qué tiene que ver esto con el título de la columna?
Pues nada menos que, de acuerdo con rumores, comentarios y algunas afirmaciones en comederos donde normalmente se reúnen personajes vinculados con los círculos financieros del país, el actual director general de la paraestatal Afore XXI Javier Beristáin Iturbide está considerado como futuro secretario de Hacienda y Crédito Público en el caso de que López Obrador alcance la Presidencia de la República.
Ya les decíamos en febrero pasado que la Junta de Asistencia Privada es un filón de oro, codiciado por la posibilidad de tener recursos económicos de los señores del dinero merced a donaciones para distintas fundaciones, muchas de ellas cuyos objetivos cubren cualquiera ramo, menos en de la Asistencia.
Nuevamente voy a utilizar la frase del inicio: dicen los que de finanzas conocen, que Beristáin Iturbe es una especie de mago para eso de administrar el dinero. Y no se nos puede pasar por alto que las campañas político-electorales necesitan precisamente muchos recursos económicos para darle viabilidad a la promoción de los candidatos, y si de una cosa se ha quejado López, es de carencia de recursos económicos.
Así las cosas, esa relación entre el nombramiento de la esposa de Beristáin como presidenta de la JAP por parte de López Obrador, y el reconocimiento de que Beristáin está considerado para ocupar la Secretaría de Hacienda, no hace sino pensar que alrededor de López Obrador hay una mano que mueve la cuna y esta es la de Manuel Camacho Solís.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
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