(2005-03-21)
Para todos aquellos creyentes que con la alternancia en el poder los viejos paradigmas políticos de México habían sido derribados, entre ellos el presidencialismo autoritario, es preciso advertir que la presidencia imperial no ha dejado de serlo.
Sin embargo, en la época del cambio, surgió una nueva modalidad y ahora más que nunca se ejerce como pareja presidencial, de tal forma que si no es directamente el presidente de la República el que opera la sucesión de 2006, es la otra parte de si: su esposa Marta Sahagún, quien no sólo apoya la aspiración de Santiago Creel, sino que acomoda el rompecabezas para ubicarse ella en un cargo de representación popular.
Esto quedó muy claro desde la misma forma como “grillaron” a los panistas meses antes de la elección de su presidente nacional, cuando Manuel Espino, cercano a la casa presidencial en la que trabajó como coordinador de giras antes de integrarse al CEN como secretario general, declaró que sería anti ético que la primera dama aspirara a la candidatura presidencial.
Ese presunto distanciamiento fue visto como un escollo para la nominación de Manuel Espino; la cercanía de Nahum Acosta aparentemente profundizó el golpe mediático al aspirante y candidato de Santiago Creel.
Pero sus adversarios no contaban con el apoyo y cargada de Los Pinos, confirmada cuando el mediodía del 6 de marzo desde la casa presidencial advirtieron a Josefina Vázquez Mota cancelar la recepción para celebrar la victoria de Carlos Medina Plascencia.
Sólo se dieron cuenta de esta operación los panistas tradicionales cuando Marta Sahagún fue a participar directamente en los asuntos del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del partido sin tener cartera, y tras el descabezamiento de los puestos de dirección de un grupo cercano a Felipe Calderón Hinojosa.
La operación política de Marta Sahagún no termina ahí. El pasado miércoles el Presidente de la República recibió en la residencia oficial a los integrantes de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, encabezada por el mano derecha de Elba Esther Gordillo, Rafael Ochoa Guzmán, aún sin tener el registro oficial.
La FEDESP es una escisión de la priista Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTE), lo que implicaría una operación del gobierno panista para tener su propia federación de burócratas a quiénes corporativizar para ser utilizados electoralmente.
Es conocida la cercanía política entre Sahagún Jiménez y Gordillo Morales quienes, además, conjuntamente con “sus” organizaciones Vamos México y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), lanzaron la Guía para Padres, que es una especie de adoctrinamiento en los comités seccionales, a partir de las llamadas Comunidades de Aprendizaje, que no son otra cosa que una nueva vinculación entre escuelas, familia y comunidad donde se busca sumar esfuerzos.
El conocimiento para el manejo corporativo y económico de Elba Esther Gordillo y sus colaboradores es utilizado también en el nuevo partido político, Nueva Alianza, que el propio “amigo” de la líder magisterial, Jorge Castañeda, sitúa cercano al PAN y más particularmente a Santiago Creel.
Debemos recordar que Miguel Ángel Jiménez, presidente del PANAL dijo que irán a las elecciones de 2006 sin candidato presidencial, lo que les permitirá apoyar de facto a Santiago Creel, y sólo buscarán mantener el registro con sus candidatos distritales, estatales y plurinominales.
De esta forma, es de presumir que Martha Sahagún no sólo opera para que el grupo Guanajuato al que pertenecen ella y su esposo el presidente se mantenga en el poder político por seis años más, sino que también ella buscará el blindaje penal y político desde una posición en el Senado de la República, donde pasaría seis años sin problemas de carácter legal, mientras su esposo se ocupa del brócoli y las vacas en el rancho, dentro de esta nueva modalidad de pareja, que después del 30 de noviembre de 2006 sería únicamente política, pero pareja al fin.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
Para todos aquellos creyentes que con la alternancia en el poder los viejos paradigmas políticos de México habían sido derribados, entre ellos el presidencialismo autoritario, es preciso advertir que la presidencia imperial no ha dejado de serlo.
Sin embargo, en la época del cambio, surgió una nueva modalidad y ahora más que nunca se ejerce como pareja presidencial, de tal forma que si no es directamente el presidente de la República el que opera la sucesión de 2006, es la otra parte de si: su esposa Marta Sahagún, quien no sólo apoya la aspiración de Santiago Creel, sino que acomoda el rompecabezas para ubicarse ella en un cargo de representación popular.
Esto quedó muy claro desde la misma forma como “grillaron” a los panistas meses antes de la elección de su presidente nacional, cuando Manuel Espino, cercano a la casa presidencial en la que trabajó como coordinador de giras antes de integrarse al CEN como secretario general, declaró que sería anti ético que la primera dama aspirara a la candidatura presidencial.
Ese presunto distanciamiento fue visto como un escollo para la nominación de Manuel Espino; la cercanía de Nahum Acosta aparentemente profundizó el golpe mediático al aspirante y candidato de Santiago Creel.
Pero sus adversarios no contaban con el apoyo y cargada de Los Pinos, confirmada cuando el mediodía del 6 de marzo desde la casa presidencial advirtieron a Josefina Vázquez Mota cancelar la recepción para celebrar la victoria de Carlos Medina Plascencia.
Sólo se dieron cuenta de esta operación los panistas tradicionales cuando Marta Sahagún fue a participar directamente en los asuntos del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del partido sin tener cartera, y tras el descabezamiento de los puestos de dirección de un grupo cercano a Felipe Calderón Hinojosa.
La operación política de Marta Sahagún no termina ahí. El pasado miércoles el Presidente de la República recibió en la residencia oficial a los integrantes de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, encabezada por el mano derecha de Elba Esther Gordillo, Rafael Ochoa Guzmán, aún sin tener el registro oficial.
La FEDESP es una escisión de la priista Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTE), lo que implicaría una operación del gobierno panista para tener su propia federación de burócratas a quiénes corporativizar para ser utilizados electoralmente.
Es conocida la cercanía política entre Sahagún Jiménez y Gordillo Morales quienes, además, conjuntamente con “sus” organizaciones Vamos México y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), lanzaron la Guía para Padres, que es una especie de adoctrinamiento en los comités seccionales, a partir de las llamadas Comunidades de Aprendizaje, que no son otra cosa que una nueva vinculación entre escuelas, familia y comunidad donde se busca sumar esfuerzos.
El conocimiento para el manejo corporativo y económico de Elba Esther Gordillo y sus colaboradores es utilizado también en el nuevo partido político, Nueva Alianza, que el propio “amigo” de la líder magisterial, Jorge Castañeda, sitúa cercano al PAN y más particularmente a Santiago Creel.
Debemos recordar que Miguel Ángel Jiménez, presidente del PANAL dijo que irán a las elecciones de 2006 sin candidato presidencial, lo que les permitirá apoyar de facto a Santiago Creel, y sólo buscarán mantener el registro con sus candidatos distritales, estatales y plurinominales.
De esta forma, es de presumir que Martha Sahagún no sólo opera para que el grupo Guanajuato al que pertenecen ella y su esposo el presidente se mantenga en el poder político por seis años más, sino que también ella buscará el blindaje penal y político desde una posición en el Senado de la República, donde pasaría seis años sin problemas de carácter legal, mientras su esposo se ocupa del brócoli y las vacas en el rancho, dentro de esta nueva modalidad de pareja, que después del 30 de noviembre de 2006 sería únicamente política, pero pareja al fin.
renatoconsuegra@yahoo.com.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario