sábado, diciembre 01, 2001

Baja popularidad, el único cambio

(2001-12-01)
El presidente Vicente Fox, empresario al fin, con marcada inclinación a regirse por el marketing desde su época en la transnacional Coca-Cola, se puso nervioso luego de conocer que en los índices de popularidad su imagen estaba cayendo, a diferencia de los primeros meses del año.
El 3 de noviembre, durante su programa de radio “Fox en vivo, Fox contigo”, despotricó contra la prensa escrita, señalándola no sólo como responsable de que se difundan los abusos, trivialidades, errores y equívocos del presidente y su familia, sino también los pleitos de su gabinete que no ata ni desata en el llamado gobierno del cambio, que para la mayoría de los mexicanos no ha sido visible.
Por su parte, los medios han dado puntual seguimiento a las actividades de la Presidencia de la República, que ante la carencia de información creíble y vendible, han puesto al descubierto la frivolidad y en ocasiones la vulgarización que se hace de la institución presidencial.
Vicente Fox ayer apoyaba a la prensa y su labor dentro de los lineamientos democráticos, como freno a los abusos del poder priísta, pero hoy que el poder está en sus manos, es todo lo contrario.
A todo esto se ha sumado la actuación personal del presidente, quien en un intento por desacralizar la institución presidencial, ha dado pie a la banalidad de los comentarios de la prensa escrita, la cual de ningún modo lo quiere “tumbar”, sino por el contrario, le quiere hacer un favor y con la crítica señalarle dónde se encuentra mal para que no lo quieran tumbar otros.
Sus actos hablan por sí solos: fue Fox quien en la toma de protesta el 1 de diciembre del 2000 rompió el protocolo al cambiar el texto del artículo 87 constitucional. Se dirigió de manera individual a sus hijos antes que a los otros dos poderes de la Nación y habló de terminar con la pobreza de los mexicanos.
Fue Fox quien anunció en la prensa española que iba a usar botas de charol con frac en la recepción que le haría el Rey Juan Carlos y su familia.
Fue Fox quien confundió a Jorge Luis Borges con José Luis Borgues, y quien hizo el símil del personaje literario de Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha, con el héroe libertador sudamericano Simón Bolívar.
Fue Fox quien se lanzó contra los vascos y provocó la respuesta de ellos.
Fueron Fox y sus colaboradores quienes jugaron a las escondidillas entre las estatuas de Terracota en China.
Fue Fox quien se refirió a Checoslovaquia en vez de la República Checa.
Fue Fox quien el 15 de septiembre en el Zócalo, durante la ceremonia de “El Grito”, exclamó: “ahí te voy Mijares”.
Fueron Fox y su equipo de marketing los que mutilaron el escudo nacional en la papelería y la propaganda del gobierno de la República.
Es Fox el que utiliza un lenguaje pintoresco que en ocasiones raya en lo vulgar.
Fue también Martha Sahagún quien en el avión presidencial lanzó los tres ramos que le dieron en la República Checa, como si hubieran sido de novia.
Fueron Vicente Fox y Martha Sahagún quienes se besaron de manera premeditada frente a la Basílica de San Pedro en Roma.
Fueron ellos mismos quienes acudieron por separado a entrevistarse con el Papa Juan Pablo II.
Fue la Presidencia de la República la que promovió —seguramente con dinero de todos los mexicanos—, la portada de la pareja presidencial en la revista del jet-set Hola.
Ahora, por otro lado, el periodismo es un espejo, es el reflejo de lo que pasa en la nación. Si el gobierno maneja asuntos pequeños, eso es lo que darán a conocer los medios. Y si enfrente se le pone una repetición de disparates, frivolidades, ocurrencias, improvisaciones, incongruencias y contradicciones, también eso reseñarán los medios.
Aunque si la prensa realmente realizara un trabajo de investigación periodística, entonces sí podría causarle serios problemas, como por ejemplo desenmascarar todo lo que sucedió tras los apoyos económicos a la precampaña y campaña del guanajuatense; las promesas de un crecimiento económico de 4 por ciento para el primer año que se fueron volando conforme las hojas del calendario y ahora será un crecimiento económico bajo cero; que el ejército de desempleados se incrementa con un millón este año; que la pobreza se agudiza, sin posibilidades de salir de la crisis, y aunado todo, a los problemas internacionales.